Debido a los problemas que se han generado en el sector remolachero de la región del Maule, surgió la necesidad de realizar una investigación que permita orientar al rubro en cuanto a la reconversión productiva, es decir, a transformar la actual actividad productiva hacia otras que sean sostenibles y rentables, y que mejoren la competitividad sobre la base de las potencialidades productivas y ventajas comparativas de la región.
Por cerca de un año y medio, un equipo integral de profesionales del Centro de Información de Recursos Naturales, CIREN, con la asesoría del Centro de Agricultura y Medioambiente, Agrimed y el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, recabaron información para establecer una Estrategia de Reconversión Productiva agroclimáticamente inteligente y sostenible.
“Desde el primer momento, el Ministerio de Agricultura dijo que acompañaría a los agricultores en esta dificultad. En total se han dispuesto cerca de 2.000 millones de pesos para apoyar a los agricultores de la zona afectada. Pero más allá de las medidas paliativas, era necesario un análisis de mediano y largo plazo para que los productores de Maule Sur tengan opciones para plantearse una reconversión hacia una agricultura más intensiva como la que ya está consolidada en el Maule Norte”, señaló Luis Verdejo Vega, seremi de Agricultura región del Maule.
La estrategia
La Estrategia de reconversión es un instrumento de planificación que permitirá disminuir los riesgos asociados a la reconversión productiva, evaluando el comportamiento de diferentes especies frente a condiciones de suelo y clima actuales y proyectadas al año 2050, sobre todo considerando las variaciones climáticas que han afectado la productividad y los potenciales agrícolas. La evaluación consideró además el análisis de factores económicos del sector al momento de establecer las opciones productivas, estimación que culminó en la selección de un grupo de 10 especies priorizadas
“CIREN se comprometió con la agricultura del Maule Sur, para colaborar en la diversificación y búsqueda de nuevas opciones de la crisis de la remolacha, considerando suelo, aire y sobre todo el cambio climático. Hoy ya hemos identificado 10 especies a lo menos que se pueden producir de manera exitosa y que además generan recursos económicos satisfactorios para los pequeños y grandes productores” explicó el director ejecutivo de CIREN, Félix Viveros.
El análisis de los 10 cultivos seleccionados se basó en una demanda concreta de los agricultores durante un proceso de levantamiento de información que se hizo de manera participativa. De esta forma se establecieron las siguientes especies: Arándano, Cebolla, Nogal, Quínoa, Cerezo, Papa, Espárrago, Pistacho, Ciruelo y Avellano.
“En FIA estamos llamados a responder a los desafíos que nos presenta la agricultura de hoy con una mirada hacia el futuro, por lo que aportar con una visión estratégica en el mediano y largo plazo, entregando un instrumento de planificación que permitirá disminuir los riesgos asociados a la reconversión productiva, es fundamental para desarrollar nuevos mercados”, agregó Robert Giovanetti, representante de FIA en la región del Maule.
Para acceder a los datos, CIREN creó una plataforma amigable y accesible de uso gratuito para público general. En ella es posible identificar fichas técnicas de cada especie que incluye requerimientos climáticos, de suelo y análisis económico.
Se suma además un visor de mapas con información de aptitud productiva actual y proyectadas al año 2050 para toda la región del Maule.