“Donde las papas queman”, dicho popular que se emplea cuando queremos decir que alguien está directamente involucrado en situaciones complejas y no busca escabullirlas. Y si de tareas de alta complejidad se trata, la de enseñar y tener una posición directiva en un colegio, sin duda que lo es.
La Encuesta Internacional sobre la Enseñanza y Aprendizaje de la OCDE (TALIS, Teaching and Learning International Survey), es un cuestionario global sobre docentes, directores y entornos del aprendizaje. En su apartado relacionado al uso del tiempo de los directores en sus escuelas, los resultados mostraban ya en 2018, que éstos dedicaban un 19,9% a las actividades relacionadas con el currículum y la enseñanza, y con referencia al tiempo en interacciones con estudiantes, el porcentaje bajaba a un 16,5%. Porcentajes bajos si consideramos que, al final del día, lo que pasa en el interior de la sala de clase y las interacciones pedagógicas en ella, es decir, el núcleo pedagógico, son cruciales.
“La docencia es una profesión emocionalmente apasionante, profundamente ética e intelectualmente exigente, cuya complejidad solamente es vivida por quienes solemos poner el cuerpo y alma en el aula”, decían Michael Fullan y Andy Hargreaves, ambos destacados investigadores sobre materias educativas. Es que para alguien que nunca ha estado a cargo de un grupo de estudiantes cada 45 minutos, ni menos tener bajo su liderazgo a toda una comunidad escolar es -derechamente- muy difícil de comprender.
Hacer clases para los directivos escolares o estar más tiempo monitoreando los procesos al interior de la sala de clases, puede llegar a ser extremadamente complicado. Y no por que no se cuenten con las competencias necesarias, sino por el contrario. Se debe -principalmente- a los cientos de imprevistos e imponderables que, sin miramiento alguno, se van acumulando durante el día, y acaparan la atención de nuestros directivos.
“Cuando recién terminamos de mediar entre una situación de acoso estudiantil, fuimos notificados de una nueva denuncia ante la Superintendencia. Todo esto, mientras informábamos de la suspensión de 3 cursos por casos Covid”, reportaba José Bustamante, directivo de una escuela particular subvencionada de la comuna del Monte.
Los problemas e imponderables han estado, están y seguirán estando, al interior de las escuelas y colegios. Preguntarse cómo evitarlos, no parece ser la estrategia más eficiente. Más bien, la pregunta correcta debería ser cómo logramos optimizar los tiempos de los directivos para poner el foco en lo que más importa. Es decir: cómo logramos que nuestros estudiantes aprendan más y mejor.
Si lo que buscamos no es trabajar más, sino que trabajar con más foco, la importancia de que nuestros directivos distribuyan su liderazgo es vital. En simple, nuestros directores y directoras de escuela deberían buscar la manera de generar e instalar competencias en otros, para que así ellos puedan enfocarse en el aprendizaje. Porque donde el líder ponga los ojos, será hacia donde avanzará el colegio.
La literatura nos dice que una de las prácticas directivas que mayor impacto tiene en el aprendizaje de los estudiantes, es la de promover y participar en el aprendizaje y desarrollo profesional de sus docentes. Por lo anterior, se hace crucial que nuestros directivos escolares se transformen en verdaderos líderes aprendices, “aquellos que son capaces de crear las condiciones para que los docentes aprendan a mejorar su práctica pedagógica, a la par que aprenden junto a ellos, sobre lo qué funciona y qué no”, como plantea Santiago Rincón, autor del libro “Liberar el aprendizaje”. Porque cuando se está muy lejos de la sala de clase, es imposible realizarlo verdaderamente.
Es cierto, los directivos escolares no están contratados solamente para impartir clases. Sus responsabilidades son múltiples y constantes, pero cuando ellos se las arreglan para estar más involucrados en el contexto diario donde se juega el aprendizaje, es ahí, y solo ahí, cuando se logran movilizar los cambios que permiten transformar toda una escuela.
Roberto Bravo
Director
Líderes Escolares