Los mensajes de Nicolás Maduro son poco creíbles, dice que han sentado las bases de una economía sana y real, la más estable de América Latina; por esto y pase lo que pase el domingo, ya perdió, porque está construyendo una realidad para unos pocos y no para la sensibilidad o percepción de, partiendo por sus propios habitantes.
El contexto indica que durante los 25 años de chavismo, incluido los 11 que lleva Maduro en el poder, el país ha vivido el mayor éxodo de América Latina, de acuerdo con cifras de Acnur: 7, 7 millones de venezolanos han migrado o están refugiados en alguna parte del mundo. Esta cifra equivale a más del 22% de su población.
Y qué mayor respaldo a su pueblo, que el gobierno de Lula cancelara sus planes de enviar observadores a la elección de este 28 de julio, lo mismo que el ex Presidente Fernández de Argentina, incluso Boric coincide con el Mandatario brasileño, principalmente con aquellos dichos de ´baño de sangre´.
Así Maduro aprovechó la oportunidad de emprender una ofensiva para que no lo vigilen.
Este viernes prohibió la entrada de un avión con cinco ex Presidentes latinoamericanos, vicepresidentes y diputada española que viajaban como veedores.
Entonces, no es extraño escuchar sus salidas, casi irracionales, amenazando si no se dan los resultados esperados, esto deja ver que está lleno de miedo. Si dice que está ganando y arrasando, qué necesidad tiene de amedrentar a la gente.
Esta es una elección con un elemento inédito, por primera vez, la oposición lleva 30 incluso 40 puntos porcentuales de margen a favor. Además, mencionar que tiene un 70 por ciento de rechazo y gran cantidad de votos en su contra están fuera del país, pero no pueden votar.
En este ambiente, la participación será clave para que la oposición tenga un resultado importante, en todo caso al gobierno no les interesa los votos, solo imponerse.
La lectura es simple, si Maduro estuviera ganando no hubiese censurado y saboteado la campaña de Edmundo González, tal como lo hicieron. Y que sus aliados internacionales no tendrían la urgencia de advertirle ´no cometa una locura´; qué necesidad tendría de impedir la entrada al país de la prensa extranjera.
La percepción pública da cuenta que en esta segunda reelección de Nicolás Maduro legalmente no gana ni en una vecindad, pero tiene el poder militar y del Ejecutivo, pero sobre todo el CNE controlado, organismo que cuenta los votos. Con toda su maquinaria, Maduro ya está derrotado.
Pablo Muñoz Morales
Director de Comunicaciones
Profesor de Comunicación Política