Como cada 30 de marzo, este martes se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. Pero, ¿cuál es la condición laboral de este oficio tras un año de pandemia en Chile? La pérdida de empleos ha afectado significativamente a la población, no obstante, se resume que es a las mujeres a quienes más ha impactado, lo que resulta en una marcada precariedad de sus empleos y mayor falta de protección social.
Han sido precisamente las trabajadoras del hogar las más afectadas, en especial en el Maule, con una pérdida de más de 9 mil empleos en el 2020, lo que representa una caída del 39,3% de este tipo de trabajos, respecto a 2019.
Para el Dr. Guillermo Riquelme, investigador del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma de Chile, esto se ve aún más agravado al observar que las trabajadoras del hogar en la región presentan una informalidad que supera el 75%, sin seguro de desempleo, por lo que han debido afrontar la cesantía sin seguridad social. Además, dada dicha informalidad, no tienen cómo demostrar la pérdida de ingresos, por lo que tampoco pueden acceder a los planes de apoyo del Estado.
Ingresos mensuales
Con base en la última Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI-2019) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se analiza que el personal de servicio doméstico en el Maule, que agrupa a la trabajadoras del hogar, recibe un ingreso promedio mensual de sólo $195.267, por lo que se encuentra muy cerca de la línea de la pobreza que actualmente se sitúa en $176.625.
“Esto convierte a las trabajadoras de hogares en la ocupación peor pagada en el Maule”, comenta Riquelme, quien se pregunta: ¿cuánto deberían recibir de ingreso mínimo por ley las trabajadoras del hogar?
Según la ley estas trabajadoras están adscritas a la norma general de salario mínimo en Chile, por lo que no deben recibir menos de $326.500 mensuales, con contrato formal de trabajo y cotizaciones previsionales.
“Claro está, la informalidad de este sector, que supera por mucho a cualquier otra ocupación, provoca el gran desmedro en los ingresos y las condiciones de trabajo de estas mujeres. Ciertamente, acá hay una responsabilidad compartida entre el empleador y el Estado. El primero, por no cumplir con la obligación legal de contrato de trabajo para la asesora del hogar y, el segundo, por no cumplir con la fiscalización mandatada por ley para el cumplimiento de la norma, quedando la trabajadora del hogar no solo vulnerada en sus derechos, sino también invisibilizada su precaria situación dentro de nuestra sociedad”, analiza el investigador, para quien es necesario reconocer la labor de estas trabajadoras como un pilar fundamental al bienestar de las familias chilenas y que se les trate en consecuencia.
Precariedad no es igual para todos
Si bien la pandemia económica ha afectado a todos los grupos y sectores económicos, los impactos no han sido iguales y un ejemplo de eso son las trabajadoras del hogar, quienes son una muestra de la desigualdad de género, ya que los trabajos por cuenta propia han sido liderados por las mujeres que, generalmente, están en condiciones de mayor vulnerabilidad que los hombres y cumplen múltiples funciones como trabajadoras, cuidadoras de enfermos y ancianos, madres y dueñas de casa.
La mayor brecha de ingresos según género se ubica en la categoría de cuenta propia (informales) con -50,7% en desmedro de la mujer.
Es de destacar que dentro de la informalidad la brecha de ingresos por género es desfavorable a la mujer con un -33,4%., lo que alcanza un ingreso medio de sólo $189.064, cifra que se ubica en torno a la línea de la pobreza.