Toser al comer, atragantarse con líquidos o sentir que los alimentos se “quedan pegados” en la garganta no es normal y puede ser señal de disfagia, una condición que aumenta significativamente el riesgo de neumonía por aspiración, desnutrición y deshidratación. Así lo advirtieron desde el Hospital Santa Rosa de Molina, en el marco del Día Mundial de la Disfagia, que se conmemora cada 12 de diciembre.
La fecha busca concientizar a la población sobre los trastornos de la deglución, promover su detección oportuna y prevenir complicaciones graves, especialmente en personas mayores, niños y pacientes con enfermedades neurológicas, grupos donde esta condición se presenta con mayor frecuencia.
¿Qué es la disfagia y por qué es un problema de salud pública?
La disfagia es una dificultad para deglutir, es decir, para tragar alimentos y líquidos de manera segura desde la boca hacia el estómago, debido a una alteración en el mecanismo de la deglución. Aunque suele pasar desapercibida o normalizarse con la edad, se trata de una condición que puede tener consecuencias severas si no se diagnostica y trata a tiempo.
El fonoaudiólogo Jesús Rebolledo, coordinador del Servicio de Rehabilitación y jefe de la Unidad de Fonoaudiología y Terapia Ocupacional del Hospital Santa Rosa de Molina, explicó que “la disfagia es una de las principales causas de infecciones respiratorias como la neumonía, patología que presenta una alta tasa de mortalidad en la población adulta mayor y en personas con enfermedades neurológicas”.
Señales de alerta que no se deben normalizar
Entre los principales signos y síntomas que pueden indicar la presencia de disfagia, el especialista detalló:
Tos antes, durante o después de comer o beber
Sensación de estancamiento de alimentos en la garganta
Retención de comida en la boca
Necesidad de tragar varias veces para lograr alimentarse
“Todos estos son signos claros de que el proceso de deglución no está ocurriendo de forma segura y requieren evaluación profesional”, señaló Rebolledo.
Riesgos asociados: neumonía, desnutrición y deshidratación
Uno de los riesgos más graves de la disfagia es la neumonía por aspiración, que se produce cuando alimentos, líquidos o secreciones ingresan a las vías respiratorias, generando infecciones pulmonares potencialmente mortales.
A esto se suman otros riesgos relevantes como la desnutrición y la deshidratación, condiciones que deterioran el estado general de salud, aumentan la probabilidad de hospitalizaciones prolongadas y afectan directamente la calidad de vida de las personas.
Llamado a consultar oportunamente
Desde el Hospital Santa Rosa de Molina hicieron un enfático llamado a la comunidad a no normalizar las dificultades para tragar, tanto en niños como en personas mayores. “Lo más recomendable es consultar oportunamente con fonoaudiología o con especialistas médicos como otorrinolaringología, para realizar una evaluación adecuada y definir un tratamiento oportuno”, enfatizó el fonoaudiólogo.
La detección precoz de la disfagia permite reducir complicaciones, prevenir infecciones respiratorias y mejorar la seguridad alimentaria, contribuyendo a una mejor calidad de vida de los pacientes y sus familias.







