“La situación hídrica en la Región del Maule es crítica, porque como todos sabemos, llevamos 14 años de megasequía”, describió Patricio González, agroclimatólogo de la Universidad de Talca, quien advirtió que este 2022 la zona enfrentará un escenario adverso que podría incluir racionamiento de agua potable y para riego agrícola.
Según el experto, a la sequía en marcha hay que sumarle el factor estacional con “veranos que cada vez alcanzan temperaturas más extremas, con olas de calor que llegan hasta los 40°C en Cauquenes”, señaló.
Frente a ello, el experto estimó que, durante este año, la región necesitaría precipitaciones por sobre los 700 mm y al menos unos 3 o 4 metros de nieve en la cordillera. “Sin embargo, eso no va a suceder en el 2022. Es probable que tengamos una nueva sequía cercana al 50%, porque las condiciones que han generado esta situación climática, derivada del cambio climático, no han variado”.
El especialista detalló que los factores que han dado origen a la crisis hídrica son el aumento constante en la temperatura de la Tierra y el bloqueo anticiclónico que se mantiene, por lo que “no existe ninguna posibilidad de que los sistemas frontales puedan llegar este invierno”, afirmó.
El investigador adelantó que, durante la próxima temporada invernal, la región del Maule enfrentará un nuevo evento de sequía que podría mantenerse hasta el 2024, lo que según indicó, “genera una alta probabilidad de racionamiento de agua, lo que podría ser una realidad a partir de agosto de 2022 o a contar del año 2023”.
Zona central
Según explicó el agroclimatólogo, para el caso de Santiago es “prácticamente una realidad que habrá racionamiento de agua a contar de septiembre de 2022”, mientras que para las regiones de O´Higgins y el Maule, donde ya existe una situación crítica en el secano costero, el racionamiento “es sólo cuestión de tiempo”.
El profesor González subrayó que se debe establecer un mecanismo de adaptación al cambio climático, “porque sólo se han realizado estrategias de mitigación, mediante decretos de emergencia agrícola y camiones aljibe, pero no podemos estar 20 años en esa situación”.
“Lo que falta es una estrategia de adaptación, y para eso nos quedan solamente meses para que empiece el invierno, que será bastante seco y frío”, adelantó.
Respecto a la situación de la agricultura, el profesor señaló que también es crítica, porque no hay nieve en la cordillera, y porque el año pasado se cerró con un 99% de déficit entre Copiapó y Chillán.
“Por lo tanto, el agro también dependerá de las condiciones meteorológicas y pluviométricas del invierno del 2022 que, bajo todos los modelos, registrará escasas precipitaciones, lo que restringirá aún más las posibilidades de riego entre septiembre de 2022 a marzo de 2023”, señaló.
“Como país, necesitamos una readaptación y una reingeniería para enfrentar este problema que será crítico”, proyectó el experto de la Universidad de Talca.