El consumo masivo de dulces durante celebraciones como Halloween puede tener efectos en la salud, sobre todo cuando se ingieren grandes cantidades de azúcar en un corto periodo de tiempo. En Chile, el 27% de los niños y niñas de prekínder a primero básico presenta sobrepeso y el 23,9% obesidad, según el Mapa Nutricional de JUNAEB 2024, lo que refuerza la importancia de promover hábitos alimenticios equilibrados durante estas épocas de festejo.
Frente a este escenario, Yael Toporowicz, nutricionista de IntegraMédica, parte de Bupa, señala que el foco no debe estar en la prohibición, sino en enseñar a disfrutar con moderación y equilibrio. “Cuando consumimos una gran cantidad de azúcar en un corto periodo de tiempo, el cuerpo almacena ese exceso de energía en forma de triglicéridos, es decir, lo guarda como grasa en las células adiposas. Lo importante es mantener el equilibrio y acompañar estas celebraciones con buenos hábitos de alimentación”, explica.
El consumo elevado de dulces no solo impacta el peso corporal, también puede provocar alzas de energía, irritabilidad y alteraciones del sueño, especialmente en los más pequeños. “Después de comer muchos dulces es común notar hiperactividad y, si esto ocurre cerca de la hora de dormir, puede interferir con el descanso”, advierte la especialista.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda que la ingesta de azúcares simples no supere el 10% del total de energía diaria. En el caso de los niños, este cálculo varía según su etapa de crecimiento, pero durante celebraciones como Halloween se sugiere no consumir más de 3 a 5 dulces pequeños al día. “Los formatos mini o partir los dulces más grandes por la mitad pueden ayudar a controlar la porción. Lo importante es enseñar desde pequeños que los dulces son de consumo ocasional y no deben reemplazar las comidas principales”, agrega Toporowicz
Más que restringir, la especialista enfatiza en la importancia de educar y fomentar una relación positiva con la comida. “Cuando se prohíbe algo completamente, se vuelve más atractivo y puede generar pérdida de control. Los dulces son parte de nuestra cultura, pero deben incluirse con moderación y acompañarse de actividad física regular como parte de un estilo de vida saludable”, concluye la especialista de IntegraMédica.






