Han existido debates presidenciales que han hecho historia. Uno de estos, fue el que ocurrió en 1960 entre el entonces vicepresidente Richard Nixon (el presidente era Dwight D. Eisenhower) y el candidato demócrata, el senador John F. Kennedy. Este debate no sólo estuvo marcado por la enorme diferencia entre el dominio de la cámara que mostró Kennedy (algo que marcaría el desarrollo de los próximos debates modernos televisados), sino que también por los temas de fondo que se tocaron, dado el momento histórico que se vivía en los Estados Unidos, por aquel entonces.
Hace pocos días en nuestro país también vivimos estos momentos televisivos, con los dos espacios de debate de los candidatos a primarias. Lamentablemente, fueron dos oportunidades en donde temas centrales como la educación no estuvieron presentes.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ya a mediados de mayo de 2020 más de 1.200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza, en todo el mundo, habían dejado de tener clases presenciales en la escuela. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe. Por estos días, Chile aún es parte del grupo de países que mantienen un cierre general de las actividades en las escuelas debido a la crisis sanitaria, según reporta el Ministerio de Educación.
“Mi hijo no ha tenido clases presenciales desde marzo del 2020. Lleva un año y medio con casi nada de clases”, comentaba una madre entrevistada por un noticiario.
Por su parte, Carlos Díaz, presidente del gremio docente ratifica que el retorno solo se podría dar desde la fase 4 del plan Paso a Paso: “Nos parece que en Fase 1 no existe ninguna posibilidad de volver a clases presenciales, sin que eso signifique poner en riesgo la vida y la salud de las comunidades educativas, partiendo indudablemente por los estudiantes”.
A pesar de que ha pasado un año y medio de pandemia, no hemos podido instalar un trato distinto en materia de educación. Como un constante déjàvu, una y otra vez posturas antagónicas y discursos atrincherados copan las agendas.
Pareciera ser más importante hacer un punto político que tomarse en serio lo que está pasando con nuestras comunidades escolares y, en especial, con el impacto que esto significa en términos de aprendizaje y desarrollo socioemocional de nuestros niñas, niños y adolescentes.
Sin lugar a dudas, los dos debates presidenciales hubiesen sido una tremenda oportunidad para poner como tema central, lo que hoy sucede en educación en nuestro país. Pero, lamentablemente, de educación poco y nada. La única pregunta sobre educación (realizada desde un video) fue: “¿Usted está de acuerdo con que volvamos a que las familias elijan los colegios libremente o prefiere mantener el actual sistema de admisión aleatorio?”. Nada más. Ni una sola palabra sobre el agobio docente, o cómo hacerse cargo de las brechas. Ni menos sobre la inyección de recursos que ellos -como presidentes- harían a esta cartera tan importante.
Es verdaderamente incomprensible que, después de todo el debate educacional profundo que se ha sostenido durante este último tiempo, y problemas suscitados producto de la pandemia, no se hayan escuchado preguntas ni mucho menos propuestas de los candidatos en esta materia.
Si queremos abordar (en serio) la mayor crisis que ha enfrentado nuestro sistema educativo, debemos poner al centro de toda discusión -sobre todo si esta es televisada para todo el país- el cómo nos haremos cargo de ella. Urge generar conciencia y aunar voluntades. Porque nuestros estudiantes no pueden esperar más.
Es momento de que todos, sobre todo aquellos que pretenden presidir nuestro país por los próximos cuatro años, pongan a la educación al centro, y nos cuenten cuál será su plan educativo post Covid.
Es de esperar que en el próximo debate presidencial sea la educación uno de los focos a discutir, ya que esta crisis merece ponerse sobre la mesa y los ciudadanos necesitamos conocer qué piensan, qué planes y qué visión tienen quienes aspiran a gobernar por los próximos cuatro años. Años que sin lugar a dudas estarán marcados por la pandemia y por todo lo que se necesitará para recuperarnos.
Roberto Bravo
Director Líderes Escolares