Comenzó bien el Presidente Gabriel Boric con su discurso a la nación, luego de una intervención conciliadora, homenajeando a Sebastian Piñera y el legado de los Mandatarios de la Concertación; a continuación, agradeció a todas las Fuerzas Armadas y Carabineros por el trabajo realizado en su gobierno y con este mismo tono se refirió a la educación público privada, sin detalles ni referencias a condonar el CAE, la alianza Soquimich Codelco, la guerra al narcotráfico y la delincuencia, anunciando además significativos avances para distintos lugares de Chile. Todo muy desapegado con su ideología.
Entre los puntos destacados, dijo que el 2023 fue el año que la economía chilena se reactivó y lo más difícil ya fue, donde se venció la inflación a un 4%, se pusieron las cuentas en orden, se sortearon las divisiones surgidas del proceso constitucional y ahora es el turno de prestar la atención al incremento de la inversión extranjera. Pero aquí un contrapunto, ya que desde el segundo gobierno de Michelle Bachelet, el estallido, la delincuencia, el terrorismo, la inmigración descontrolada, lo que pasó con la Constitución, Chile ha retrocedido gravemente en percepción de los inversionistas, aparejado con el aumento del riesgo que afecta directamente al empleo y la productividad.
Sin embargo, el punto de tensión que desató el Presidente Boric fue el anuncio de las leyes de aborto legal y eutanasia, con este tema le tocó la oreja a varios y claramente intencionado, porque muchos tendrán que pronunciarse en tiempos municipales, sabiendo que no cuenta con los apoyos para su aprobación. Recordar que el 2022 casi el 62% de los chilenos votaron en contra de este tipo de propuestas, que por lo demás es inconstitucional y que para impulsarla se requiere de una reforma; con esta metida en las patas de los caballos, por ahora es solo cambiar la agenda por las urgencias sociales.
En esta tercera Rendición Pública, en lugar de indicar en lo que se ha avanzado y realizado en sus ejes de derecho a la seguridad, crecimiento, avance a sociedad de cuidados, educación transversal, desarrollo y protección de derechos humanos, fue más promesas a futuro y leyes poco aplicables frente a varias Instituciones cuestionadas que, en este escenario, le exige liderar un Estado más conectado con la ciudadanía.
Con esto se advierte un esfuerzo comunicacional del gobierno que no necesariamente tiene que ver con la realidad, intentando mostrar algo distinto a lo que se ve, invisibilizando los problemas e ignorando la sensación del pueblo chileno. Más aún cuando el Presidente insistió en la importancia de la confianza y solidez de la instituciones. Tiene razón. Pero recordará con el mismo énfasis que él y su grupo se hicieron del poder justamente denostando la institucionalidad del país.
Por último e independiente de nuestras posturas, la Cuenta Pública es una tradición, cuya cultura republicana se debe cuidar y respetar, no hay espacio para las faltas de ejercicio democrático.
Pablo Muñoz Morales
Profesor de Comunicación Política