Estos últimos días se han hecho una serie de análisis post elecciones y después de mucho observar los acontecimientos, más me convenzo de la sabiduría de nuestra comunidad votante. Y paso a explicar por qué:
En nuestro plebiscito constitucional, junto con aprobar la opción apruebo, votamos también mayoritariamente la convención constitucional y no la mixta, es decir, que todos los constituyentes sean elegidos sin dar espacio a una participación designada por nuestro actual Congreso. Con esto, se dijo y repitió hasta el cansancio que había que dar cabida a los independientes para que sea la ciudadanía, directamente, quienes construyan nuestra Constitución del Chile del futuro.
Pero como la miopía de nuestra clase política es contumaz, han hecho un sin número de cálculos electorales y, presos de la histeria, han bajado y subido candidatos presidenciales sin hacer un análisis detenido de las elecciones a alcaldes y concejales, que como bien sabemos, dada su magnitud territorial en candidatos, mejor representa cuál es el sentir político de nuestra sociedad.
Analicemos: De las 1468 candidaturas a la Convención, 64% eran independientes y los resultados mostraron algo similar: 63% de los 138 escaños no indígenas fueron para independientes, es decir, 50 constituyentes pertenecientes a partidos políticos y 88 a independientes. (Datos Observatorio Nueva Constitución). Mención especial merece que ningún partido o sector político quedó con poder de veto al no alcanzar ninguno el tercio necesario para tal efecto, lo que los obligará a dialogar para lograr los acuerdos necesarios… otra muestra de sabiduría social.
Pues bien, ¿qué pasó en la elección de alcaldes y concejales?: En el caso de los alcaldes, el 85% fueron electos miembros de partidos y 15% independientes. Y finalmente, respecto de los concejales el margen fue aún mayor: los independientes elegidos representaron el 1,5% de la votación. Es cierto que los independientes no contaban con un marco legal que les otorgara reales posibilidades de éxito, pero esto impidió que igualmente la ciudadanía haya votado por partidos políticos.
Es decir, nuestro soberano elector ha hecho un fuerte llamado de atención respecto de quién es el dueño del poder, y si bien, sigue por el momento confiando en los partidos políticos como necesarios dentro de un sistema democrático, la advertencia es clara: o se renuevan y empatizan directamente con el sentir social, o se condenan al precipicio de la desaparición.
Pero bajo este mismo análisis, también sería cauto en los excesos de triunfalismo de quienes han tenido la osadía de vetar candidaturas o partidos políticos afines al mismo sentir de cambios que la gran mayoría de los chilenos ha expresado.
Si revisamos los resultados electorales por concejales otorgados por el SERVEL, la Unidad Constituyente sumados los votos DC, radicales, PPD y PS, alcanzaron un 33,45%; y los de Apruebo Dignidad sumados quienes votaron por el PC y por el FA, alcanzan un 21,66%, cuyo porcentaje podría incrementarse con los votos de “Dignidad Ahora” que lograron un 5,14%.
Es decir, aun cuando este sector de izquierda subió sus porcentajes electorales y candidatos elegidos, lo cierto es que siguen estando por debajo de la centro izquierda, y muy lejos de alcanzar gobierno por si solos. Vale recordarles entonces aquel sabio dicho: “humildes en la victoria y dignos en la derrota” … mucho de esto faltó a algunos connotados del mundo progresista.
Y finalmente la derecha, la gran derrotada, donde la UDI, como fiel representante del rechazo, bajó en 21 alcaldes y 97 concejales lo que obtuvo en las elecciones pasadas, además que como bloque ni siquiera alcanzaron el tercio de veto dentro de la Convención, pero por sobre todo quedaron sin ningún margen de crecimiento dado el desprecio y desaprobación ciudadana por la total desconexión de su gobierno al sentir social y por la mala estrategia de RN y Evopoli al presentarse en un solo bloque electoral junto a quienes votaron rechazo.
Sin embargo, su respuesta ante este desastre reafirma que el problema de la derecha, en especial la extrema, es estructural, con un desarraigo y clasismo sordo, ya que frente a tan macizo reproche ciudadano, en vez de empatizar y asumir una autocrítica ante la poca empatía social, recurren a las tan mañosas y conocidas campañas del terror con frases tales como “se viene la eliminación del derecho a la propiedad”, “tomas de empresas”, “saquen los dineros de Chile” o el clasista desprecio a constituyentes que no forman parte de su oligarquía como fue el caso de Giovanna Grandón (la “Tía Pikachu”), quien, por no contar con estudios superiores, ha sido víctima de funas y críticas, sin reparar ni dar valor al trabajo social que ella ha realizado durante años.
En fin, me quedo con lo lindo y necesario de contar con una Convención donde el género es igualitario, integrada además por pueblos originarios, por miembros de la diversidad sexual, por líderes con arraigo social, con personas educadas en colegios públicos, con miembros independientes y políticos, con defensores minoritarios de nuestro actual modelo económico pero por sobre todo con quienes mayoritariamente lo han sufrido … en fin con nuestro Chile real, con ese Chile oculto que salió a las calles a cambiar nuestro país para soñar con un Chile mejor!