En 2019, el inicio de la crisis social y posterior Pandemia de Covid-19 en Chile, generó los primeros efectos de un fuerte impacto sobre las exportaciones de commodities como el cobre y la fruticultura en el agro, ambos mercados prioritarios, siendo de común conocimiento que el principal socio comercial de nuestro país, China, se consolida a nivel global ubicándose como la segunda economía según PIB, con sus siete mil millones de habitantes, equivalente a un veinte por ciento de la población mundial, por cuanto todo lo que pase en el gigante asiático mueve los principales indicadores económicos desde el PIB, Exportaciones hasta la Balanza Comercial y desempleo de economías de menor escala como la nuestra.
Luego de estos inicios, en el 2020 y según cifras del Servicio de Aduanas, durante el primer semestre y a pesar de existir una caída en las exportaciones del 9.9%, los envíos a China presentaron un aumento de 7.5% con casi doce mil millones de dólares y una participación del 34.9% sobre el total de las exportaciones. En este mismo sentido, aduanas informa que en segundo lugar se encuentra Estados Unidos con 14.3% de participación y Japón con 9.1%. Sumando a estos tres países, se puede encontrar más del 50% de las exportaciones nacionales, transformándose en un panorama no tan desalentador como se hubiera pronosticado.
En este breve análisis, y respecto al inicio de este 2021, nos encontramos nuevamente con buenas nuevas: el gobierno Chino acaba de fijar como meta crecer al menos un 6% este año. Es menester recordar que, hace no muchos años, el gigante asiático logró un crecimiento a cifras de dos dígitos, alcanzando, por ejemplo, un 2007 y 2010 con sus históricos 14.2% y 10.6%, respectivamente. Así las cosas, y aún considerando los últimos tres años en una inminente guerra comercial con los Estados Unidos, China registraba cifras del 6.6%, 6.1% y 2.3% para el último trienio 2018, 2019 y 2020, respectivamente.
Lo relevante del apartado anterior, es notar cómo el desafío de alcanzar, desde un 2.3% en 2020 a un 6% como meta al 2021, es una buena novedad para Chile, con efectos colaterales donde el precio del cobre desata un “Nuevo Rally”, haciendo referencia a lo vivido ya a inicios de los 2000 cuando se desató el último “súper ciclo” de las materias primas, lo que fue extendido por más de una década y en donde el metal rojo, alcanzó su máximo histórico de US$4,6017 la libra.
Esta mención, nos demuestra que el Cobre -bien llamado “sueldo de Chile”- presenta oportunidades ante un entorno dinámico y de audaz crecimiento, siendo clave destacar que, a inicios del 2020,registraba apenas un valor de U$2,79 la libra, mientras que hoy alcanza los U$4.
Finalmente, la buena nueva de la meta 6% PIB de China, nos invita a investigar la estrategia planificada para ello, cuál es el camino y cómo se planea un desarrollo a gran alcance, revisando, por cierto, el objetivo de analizar nuestros propios desafíos, cruzando dicha estrategia con la de nuestro país y metas del sector exportador. La nueva ruta hacia el éxito está siendo construida, hasta el próximo quinquenio en China, y nos plantea un mundo cada vez más globalizado y vinculado a problemáticas sociales, por cuanto nuestro cruce con la realidad chilena tiene el objetivo de conectar bases sólidas de desarrollo sostenido y estable en el tiempo, en pos de aumentar la calidad de vida.