LIMA.- El Congreso de Perú abrió la puerta para la destitución del presidente Martín Vizcarra, maniobra vista por el mandatario como un “complot contra la democracia”, tras admitir una moción que obliga al Parlamento a votar en un pleno extraordinario el día 18 si lo mantiene o no en el poder.
La jornada fue extraña y llena de movimientos dramáticos por parte de los congresistas y personas como Richard “Swing” Cisneros, el artista cuya vinculación con Vizcarra desató en último término esta crisis, quien se exhibió ante los medios denunciando “un golpe de Estado” y sembrando dudas sobre las acusadoras grabaciones que justificaron el proceso de destitución.
Ahora el Congreso deberá convocar un pleno extraordinario el viernes 18 donde Vizcarra tendrá una hora para hacer un alegato de defensa antes de que los congresistas voten su cese, que será una realidad si reúnen 87 votos.
En ese momento el jefe de Estado sería el presidente del parlamento, el opositor Manuel Merino De Lama, que gobernaría de manera interina.
La moción necesitaba 52 votos para progresar, y recibió 65 votos a favor, 36 en contra y 24 abstenciones, luego de un debate en el pleno.
OPORTUNIDAD
Desde hace semanas rondaba el rumor de que el Congreso, donde el Gobierno no tiene representación, buscaba cesar a Vizcarra.
La oportunidad ha llegado por unas grabaciones secretas donde el mandatario aparentemente analiza las visitas a Palacio de Gobierno de “Swing”, cuyos contratos de favor con el Estado investiga el parlamento.
Tras admitir a trámite la moción de vacancia (destitución), el Congreso deberá convocar como máximo en diez días un pleno extraordinario donde Vizcarra tendrá una hora para hacer un alegato de defensa antes de que los congresistas voten su cese, que conseguirán si reúnen 87 votos.
De producirse la destitución, Perú quedará huérfano de presidente elegido por voto popular, pues no tiene vicepresidentes que puedan sucederle desde que el año pasado Mercedes Aráoz renunciara a ese cargo por su papel durante la disolución constitucional del Congreso que realizó Vizcarra y que llevó a las elecciones extraordinarias donde se eligió a quienes ahora promueven su cese.
Ante ese escenario, la Constitución dice que debe asumir como jefe de Estado el presidente del Congreso y convocar elecciones generales, que ya estaban convocadas por Vizcarra para abril de 2021.
Un caso similar se produjo en el año 2000 con la renuncia del expresidente Alberto Fujimori tras revelarse la gigantesca red de corrupción que instauró su asesor Vladimiro Montesinos.
En aquella ocasión la presidencia transitoria recayó en Valentín Paniagua, del partido Acción Popular, precisamente el mismo al que pertenece Manuel Merino.
EL DETONANTE
El detonante para impulsar esta moción, promovida por congresistas de varios partidos son unas grabaciones secretas de Vizcarra reveladas el jueves donde se escucha al presidente coordinar con sus asistentes explicaciones para las visitas a Palacio de Gobierno del cantante Richard Swing.
En esos audios se desprende que Vizcarra tenía mayor relación con el artista de la que admitió hace unas semanas cuando se descubrió éste había sido contratado por el Ministerio de Cultura para conferencias de difícil justificación por un valor en conjunto de 175.000 dólares (unos 50.000 dólares), asunto que es investigado por el Congreso.
Este viernes el mandatario aclaró que en esos audios no trata de ocultar visitas sino aclarar con sus asesores cuántas hubo, pues además de las dos que hizo a sus secretarias intentó aparentemente ingresar a Palacio otras tres veces más.
ESTRELLAS DE LA JORNADA
Mientras, la jornada quedó deslumbrada por la aparición de dos de los personajes claves en los audios de Vizcarra: el propio cantante Richard “Swing” y la asistente del presidente Karem Roca, quien aparece en todas las grabaciones y quien aparentemente fue responsable de las grabaciones.
Swing se presentó en la puerta de su casa, ante una nube de periodistas, para anunciar que todo era un “complot” urdido por el Congreso y que él siempre supo que había sido grabado irregularmente y por tanto mentido deliberadamente.
También acusó a Roca, a Merino y al congresista Edgar Alarcón, quien presentó los audios, de ser los responsables de haber impulsado este “ataque a la democracia”.
Roca, por su parte, se presentó timorata ante la comisión del Congreso que investiga el caso, dirigida precisamente por Alarcón, un enemigo declarado de Vizcarra, ex contralor de la República, y quien está acusado de varios delitos de enriquecimiento ilegal.
Esta sesión de investigación se hizo, además, de forma simultánea al pleno que debatía la moción.
Allí Roca negó categóricamente haber grabado las conversaciones, confirmó que es ella la que aparece en las mismas y rehusó a responder la mayoría de las preguntas, diciendo que lo haría ante la fiscalía y repitiendo varias veces la enigmática frase “la única verdad que me asiste es mi verdad”.
REFORMA ELECTORAL
Otra sorpresa la dio el Congreso al aprobar definitivamente la reforma constitucional que prohíbe presentarse a candidatos con condenas.
Esa votación debió hacerse el jueves, pero fue suspendida cuando Alarcón presentó los audios de “Swing”, lo que sirvió para que desde varios bandos se indicara que precisamente anular esa reforma, que para ser efectiva debía aprobarse este mes, era lo que había detrás de la difusión de las grabaciones.
Sin embargo, y capaz como respuesta a esta acusación, los diputados votaron incluir de emergencia el tema en el orden del día y procedieron a su aprobación con mayoría abrumadora.
VIZCARRA
El presidente también apareció para seguir denunciando que lo que sucede “un complot contra la democracia” urdido por “fuerzas y personajes oscuros” y confirmar que no va a renunciar.
También intentó explicar los diálogos que aparecen en las grabaciones, insistiendo en que no hay nada “ilegal” en ellos y que simplemente se trataba de una coordinación para ver las discrepancias entre los registros de visitas a palacio de “Swing” y el número correos electrónicos en donde se solicitaban reuniones.
Esta grave crisis política llega en plena pandemia del COVID-19, que tiene a Perú como el primer país del mundo en mortalidad relativa con más de 30.000 muertos, lo que da un promedio de 92 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Además, es el quinto país a nivel global en casos confirmados con más de 700.000 contagios. EFE