Las bajas temperaturas traen consigo una serie de desafíos para mantenernos cálidos y cómodos, especialmente en las extremidades como los pies y las manos. Sin embargo, en el afán por combatir el frío, es común cometer errores que pueden resultar contraproducentes para la salud.
Por eso, la jefa de la carrera de Técnico en Podología Clínica del Centro de Formación Técnica (CFT) Santo Tomás Puente Alto, Mónica Gutiérrez, advirtió que uno de los errores más comunes es «sobre abrigar los pies», utilizando calcetines demasiado gruesos o varios pares a la vez. Esto puede dificultar la circulación sanguínea, causando incomodidad e incluso enfriamiento, detalló.
A esto se suma que el exceso de abrigo impide la ventilación adecuada del pie, lo que de acuerdo con Gutiérrez favorece la aparición de hongos en las uñas (onicomicosis) y en la piel (dermatomicosis) debido a la humedad excesiva.
En ese sentido, la clave para mantener los pies calientes no está en la cantidad de ropa, sino en la calidad y en cómo se utiliza, explicó la Podóloga. Además, recomendó elegir materiales térmicos transpirables y que no sean demasiado ajustados para favorecer la circulación sanguínea.
“Otra práctica esencial es alternar el calzado. A pesar de tener zapatos favoritos, debemos cambiarlos a diario para evitar la acumulación de humedad, y si esto no es posible, entonces ventilarlos para mantenerlos secos”, señaló la docente del Área de Salud CFT Santo Tomás.
También, la profesional detalló que existen algunos productos para mantener los pies secos, como los talcos, aunque aseguró que “no siempre se usan como se debe”. Según indicó, el talco nunca debe aplicarse directamente sobre el pie, ya que esto puede provocar grumos residuales. Lo correcto es aplicarlo como una capa delgada en el interior del calzado.
Con estas recomendaciones, se busca que las personas puedan pasar un invierno con los pies secos y sanos, listos para enfrentar el verano.