El fenómeno de El Niño ya inició su retirada, con lo cual se prevé que a partir de julio se reinstale un régimen deficitario en lluvias. Además, se espera un otoño algo seco y más cálido de lo normal. Esta proyección es parte del pronóstico 2024 elaborado por el Observatorio Climático de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián, herramienta que permite monitorear y analizar las condiciones climáticas y los recursos naturales, proveyendo datos y conocimientos cruciales para la investigación, la gestión de riesgos asociados al clima y aportar a la promoción de una gestión ambiental tanto sostenible como efectiva.
El Anticiclón del Pacífico es un fenómeno atmosférico, caracterizado por ser un centro de alta presión atmosférica y situado frente a las costas del norte de Chile. Entre sus efectos, el anticiclón es responsable del clima árido extremo que presenta el Desierto de Atacama y también impulsa la corriente fría de Humboldt.
No obstante, según la directora del Observatorio Climático, Paula Santibáñez, “lo que está ocurriendo actualmente es que el anticiclón continúa instalado frente a las costas del Chile central, bloqueando el aire marino y la nubosidad que debiese entrar al continente en estos meses de otoño”. Debido a lo anterior, “podríamos tener un abril y, por ende, un otoño seco y más cálido de lo normal”, afirma la académica de la USS.
La Niña y la amenaza de sequía
El verano 2023-2024 presentó temperaturas excepcionalmente altas, marcado por ondas de calor e incendios forestales que pusieron a prueba la resiliencia del país. La Organización Mundial Meteorológica (OMM) destacó la contribución de El Niño a estas temperaturas extremas, sumado a la prevalencia de gases de efecto invernadero.
El Observatorio Climático USS pronostica que, en Chile, para lo que resta de año se esperan temperaturas ligeramente por sobre lo normal en la mayor parte de la zona central debido a las aún presentes aguas tibias. En la zona sur, por su parte, las temperaturas se mantendrían más apegadas a la normalidad.
En cuanto a las lluvias, se espera que 2024 sea un año más bien seco. Hasta antes de julio por la presencia del anticiclón en las costas del Pacífico y luego del mismo mes por la llegada del fenómeno de La Niña. “En lo que va corrido de 2024 las precipitaciones han estado por debajo de lo normal, acumulando un déficit superior al 50% en la mayor parte del territorio. Solo el extremo austral presenta cifras normales. Aunque estas cifras aún no son significativas dado lo bajo de los montos normales de lluvia, es posible que sea una tendencia que se mantenga a lo largo del año, particularmente en la zona central”, asevera Paula Santibáñez.
Asimismo, la académica USS afirma que “para el mes de julio esperamos que se instale ya el Fenómeno de La Niña, cerrando el período de El Niño que nos dejó abundantes lluvias el año pasado. Este nuevo fenómeno, que traerá de vuelta meses de sequía, se espera dure toda la primavera de este año y el verano de 2025”.
Tomar medidas urgentes
El cambio climático es un fenómeno que cada año sentimos con más fuerza, y sobre el cual hay que tomar medidas urgentes: “El mundo se encuentra en un punto de inflexión crítico”, señala Santibáñez. “Las decisiones que tomemos hoy determinarán el futuro de nuestro planeta. El año pasado fuimos testigos de lo que ocurrió en la COP28, foro crucial para enfrentar el cambio climático, pero lamentablemente la claridad y la firmeza en los compromisos adoptados parecieron diluirse entre las negociaciones, dejando traslucir la complejidad de alcanzar un consenso global en asuntos de cambio climático”.
Al respecto, el Servicio de Cambio Climático Copernicus alertó sobre los récords de temperatura alcanzados a nivel mundial durante los últimos meses, y proyecta una tendencia que se prevé se intensifique si no se abordan con urgencia las emisiones de gases de efecto invernadero.