Las tasas de participación y de ocupación continuaron aumentando (aunque a un menor ritmo) y se situaron en 60,9% y 55,8%, creciendo 1,7 pp. y 1,1 pp., respectivamente. Comparado con igual trimestre de 2021 y 2022, la tasa de participación es más alta, pero más baja respecto a 2020 (prepandemia). Por otro lado, la población fuera de la fuerza de trabajo disminuyó 3,4%.
En las mujeres, la tasa de desocupación se situó en 9,0%, aumentando 0,7 pp. en doce meses, en tanto que las tasas de participación y ocupación se situaron en 51,1% (valor más alto desde enero-marzo 2020) y 46,5%, avanzando 2,2 pp. y 1,7 pp., en cada caso. En los hombres, la tasa de desocupación fue 7,9%, con un alza de 1,0 pp., mientras que las tasas de participación y ocupación se ubicaron en 71,2% y 65,6%, creciendo 1,3 pp. y 0,5 pp., respectivamente.
Alza de personas ocupadas
El alza de las personas ocupadas fue incidida tanto por las mujeres (4,7%) como por los hombres (1,7%).
Los sectores que contribuyeron al aumento fueron alojamiento y servicio de comidas (12,6%), actividades de salud (7,6%) y agricultura y pesca (6,0%), mientras que sectores que presentaron descensos fueron construcción (-4,7%) y comercio (-1,1%). Todas las categorías ocupacionales incidieron positivamente; las que más aportaron fueron las personas asalariadas formales (3,1%) y las personas trabajadoras por cuenta propia (2,6%).
Informalidad
La tasa de ocupación informal se ubicó en 27,3%, descendiendo 0,5 pp. en doce meses. Las personas ocupadas informales crecieron 1,1%, incididas solo por las mujeres (7,7%), ya que los hombres disminuyeron 3,7%.
Estacionalidad
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente (que elimina los efectos de los factores exógenos estacionales de naturaleza no económica que influyen en su comportamiento coyuntural) se situó en 8,4%, sin presentar variación respecto al trimestre móvil anterior.
Horas de trabajo e indicadores de subutilización de la fuerza de trabajo
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por las personas ocupadas, ascendió 3,5%. El promedio de horas trabajadas creció 0,5%, llegando a 36,7 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial (que mide el número de personas desocupadas más personas iniciadoras disponibles e inactivos potencialmente activos) alcanzó 16,5%, con un alza de 0,7 pp. en el período. En los hombres se situó en 14,4% y en las mujeres, en 19,2%. La brecha de género fue 4,8 pp.