Comenzó la cuenta regresiva para la regulación de los plásticos de un solo uso en Chile y a tan sólo días de que se dé inicio a la implementación de esta nueva normativa, desde la organización de conservación marina Oceana llamaron a la ciudadanía a estar alertas frente al cumplimiento de la nueva reglamentación.
“Este es un primer paso para descontaminar nuestras playas y océano de plásticos de un solo uso, pero es esencial que toda la ciudadanía esté al tanto y exija, denuncie o alerte cuando vea que la ley no se está cumpliendo”, señaló Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile. “Esta ley nació desde la sociedad civil luego de estudiar la situación de los plásticos en el país, concluyendo que la cantidad de estos materiales utilizados solo en locales de expendio de alimentos equivalía al peso de 116 ballenas azules”, agregó.
En esta primera etapa que parte el 13 de febrero tenedores, cucharas, cuchillos, bombillas, revolvedores y palillos de plástico, además de cualquier producto de plumavit, quedarán prohibidos en todos los establecimientos de expendio de alimentos. Adicionalmente, todos los grandes supermercados deberán ofrecer y recibir botellas retornables.
De acuerdo con un estudio publicado por Oceana y Plastic Oceans Chile, una vez que la ley esté completamente implementada se evitará la utilización de 23.240 toneladas de plásticos de un solo uso que cada año se generan desde los locales de expendio de alimentos en todo el país.
La producción global de plástico en 2018 superó los 450 millones de toneladas métricas y estudios estiman que 10 millones de toneladas terminan en el océano anualmente. Esto sumado a que a nivel global se está reciclando solamente un 9% de estos plásticos. En Chile la cifra es similar.
“Por más de 70 años como sociedad nos hemos enfocado principalmente en los beneficios que trae este material casi indestructible, dejando de lado el impacto negativo que genera cuando está siendo desechado inadecuadamente”, aseveró Mark Minneboo, Director Ejecutivo de Plastic Oceans Chile. “Esta ley se hará cargo de un grupo de productos plásticos que actualmente no tiene la posibilidad de ser reciclados, por lo tanto, el objetivo es diferente: generar una reducción directa de esos plásticos y fomentar la reutilización. Esperamos que esta ley impulse nuevos modelos de consumo y soluciones innovadoras que no dañen al medio ambiente”, añadió.
La ley contempla sanciones que varían entre una y veinte Unidades Tributarias Mensuales (UTM) dependiendo del tipo de infracción y del producto comercializado, las cuales serán aplicadas por el Juzgado de Policía Local de la comuna donde se encuentre situado el local. Corresponderá a las municipalidades fiscalizar el cumplimiento de la ley, mientras que cualquier persona podrá denunciar si ello no ocurre.
“La ley dio un periodo de seis meses para que los establecimientos de expendio de comida se prepararan para la prohibición de elementos como las bombillas o revolvedores plásticos y hemos visto como muchos locales ya dejaron de utilizarlos y están avanzando en incorporar productos de materiales sustentables. Esta ley debe ser vista como una oportunidad para que como país avancemos hacia un Chile circular y sin basura”, afirmó Marcelo Fernández, ministro (s) del Medio Ambiente.
Los siguientes pasos de la Ley
Las próximas regulaciones entrarán en vigor en agosto de 2023, cuando todos los almacenes y minimarkets deberán vender y recibir botellas retornables. Luego, en 2024, quedará prohibida la entrega de cualquier desechable para el consumo dentro de los establecimientos de expendio de alimentos, mientras que todos los plásticos quedarán prohibidos cuando se compre para llevar o delivery, a excepción de ciertos productos que deberán ser de plásticos certificados. Todas las regulaciones regirán también en las dependencias de organismos públicos.
Adicionalmente, todos los supermercados, almacenes y minimarkets deberán exhibir que tienen a la venta al menos un 30% de bebidas en botellas retornables.
Hay que recordar que esta ley tuvo su origen en un estudio realizado por Oceana y Plastic Oceans Chile en el que se analizó la situación de la contaminación por plásticos en Chile y el mundo, así como legislaciones implementadas en otros países para hacerse cargo del problema. Una de las conclusiones de la revisión bibliográfica fue que los plásticos de un solo uso eran los principales desechos encontrados en las playas, tanto a nivel nacional como internacional, lo que se explica porque el reciclaje de estos productos, en la práctica, no se realiza ya que por su tamaño y poco peso no resultan atractivos para los recicladores.