Transcurrida más de una semana de su amarga derrota, cuando Sebastián Sichel (SS) anunció su “paso al costado de la vida pública”, retornando de sus vacaciones decidió pronunciarse ante las presiones por sumarse a la candidatura de la ultraderecha.
Presiones que surgen de la imperiosa necesidad de responder a la decisión adoptada por una amplia mayoría de la Democracia Cristiana de respaldar a la candidatura de Boric, contrincante de Kast (JAK) en esta segunda vuelta. Si bien los partidos de la coalición ChileVamos ya se habían pronunciado a favor de JAK, su abanderado en la primera vuelta aún no lo hacía. Lo que es peor,
mostraba resistencia a hacerlo, incluso durante la campaña cuando se le consultaba si apoyaría a JAK en caso que fuese éste y no él, quien pasara a una segunda vuelta. Se resistió a ponerse en ese caso aludiendo a que cada día tiene su afán y a diferencias insalvables.
Estas diferencias, entonces insalvables, son las que ahora han sido explicitadas bajo la modalidad de condiciones para un eventual apoyo suyo hacia JAK. Son nueve condiciones que bajo la óptica de SS tienen por objetivo “reforzar la democracia”.
- No alterar el multilateralismo de las relaciones internacionales de Chile y comprometerse a permanecer, en las instancias de participación actuales de la ONU y de otros organismos de cooperación internacional;
- Respetar irrestrictamente los DDHH, mantener el instituto nacional de DDHH, eliminando la propuesta de que el presidente de la república pueda declarar el estado de emergencia con la facultad para interceptar, registrar documentos y comunicaciones, así como la de arrestar a las personas en sus propias moradas o lugares que no sea cárceles, ni estén destinadas a la detención.
- Respetar íntegramente a las minorías y diversidades, junto con condenar y rechazar explícitamente los discursos de odio esparcidos en redes sociales por adherentes y parlamentarios afines a JAK.
- Comprometerse con no enviar iniciativas de retroceso respecto de la ley de interrupción del embarazo en tres causales y la ley de unión civil.
- Reconocer que el cambio climático está influido por las actividades humanas, junto con comprometerse a no abrir nuevas termoeléctricas ni retrasar el cierre de las actuales.
- Comprometerse a mantener el Ministerio de la Mujer y apoyar a las mujeres sin discriminación respecto de su estado civil, junto con aumentar las acciones conducentes a la protección mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
- Tender a disminuir el déficit fiscal, buscando el equilibrio presupuestario, priorizando el sostenimiento de programas de apoyo a hogares vulnerables.
- Garantizar el pago de pensiones alimenticias a madres cuyas deudas se mantienen pendientes.
- Mantener la lucha contra el COVID, comprometiéndose con las vacunas y con el pase de movilidad tal como se ha estado llevando a cabo.
Las reacciones frente a estas condiciones no se hicieron esperar. Uno de los brazos derechos más representativos de JAK, Rojo Edwards, reciente senador electo por Santiago Oriente, no trepidó en rechazar tales condiciones afirmando que lo que correspondía era respaldar sin matices, la candidatura de JAK, y solo entonces, sentarse a conversar. En términos militares, exige rendición total. Para evitar que escalara el conflicto, la portavoz de JAK salió a poner paños fríos, afirmando que lo que estaba en juego era la libertad de Chile versus el comunismo, marxista internacional que es la cancha donde se sienten más cómodos.
Lo relevante es adentrarnos en las condiciones. Es claro que muchas de ellas son absolutamente salvables y ya deben estar haciéndose los ajustes en el programa de gobierno levantado para la primera vuelta. De hecho algunas ya se han sorteado y JAK ya se ha plegado a ellas. Sin embargo, hay condiciones que afectan las convicciones que sustentan la candidatura de JAK y que diferencian a la derecha de la ultraderecha. Ellas tienen relación con la aspiración de JAK por desmarcarse de organismos internacionales que presumen infiltrados por el comunismo internacional; el desprecio que JAK y sus seguidores sienten por el irrestricto respeto a los DDHH, los que relativizan cuando se trata de delitos cometidos por miembros de las FFAA y Carabineros; el menoscabo a las minorías y el sexo femenino al que tienden los adherentes de JAK; la indiferencia ante el deterioro del medio ambiente y el cambio climático que afecta al país; y la propensión a la militarización del país relajando las condiciones para los debidos procesos en el plano judicial.
Sin duda que estas condiciones van al meollo de los problemas que enfrenta JAK. En el transcurso de los próximos días veremos qué pasa, si SS se mantiene en su postura actual de condicionar su apoyo a su inclusión dentro del programa de gobierno de JAK, o cede a las presiones.
Rodolfo Schmal S.