El ácido húmico es una alternativa orgánica, que entre otras bondades, ayuda a aumentar la microbiología del suelo. Proviene de yacimientos de Leonardita, que debido a su milenario proceso de formación posee una gran concentración de ácidos húmicos en relación a fuentes de orígenes más recientes como el humus de lombriz, lo que permite lograr efectos con dosis mucho menores por hectárea. Además, el ácido húmico, al ser un material que pasó por todos los procesos de transformación biológica es muy estable manteniendo su efecto en el suelo por un largo período.
Esta alternativa de fertilizante natural despertó el interés en un grupo de investigadores del INIA, por lo que decidieron evaluar su aplicación en un huerto de nogal en el Centro Experimental Los Tilos que presenta limitantes ligadas a una alta concentración de sales de cloro que impiden conseguir una buena productividad y calidad al momento de la cosecha.
La iniciativa forma parte del proyecto “Campo Inteligente Los Tilos”, Faro Tecnológico ubicado en el Centro Experimental de INIA en la región Metropolitana y es financiado por la Subsecretaría de Agricultura
Aquí se lleva a cabo un ensayo en una parcela demostrativa de cuatro hectáreas donde la dosis aplicada de ácido húmico fue de 100 Lt/ha (Humic Soil 17% de concentración de ácidos húmicos) en dos eventos de aplicación: octubre de 2019 y febrero de 2020.
En octubre corresponde la aplicación de la primera dosis en la segunda temporada (son dos aplicaciones por temporada), dejando un testigo con el mismo manejo predial pero sin la aplicación de ácidos húmicos.
El Dr. Carlos Zúñiga a cargo de este estudio junto a los investigadores Jaime Otárola (INIA Rayentué) y Juan Hirzel (INIA Quilamapu), explican que “el manejo de la fertilidad del suelo es un aspecto fundamental en un sistema de producción. No sólo intenta suplir los requerimientos de nutrientes del cultivo sino que además contribuye a resolver otros problemas asociados al suelo: mejoran las propiedades físicas, biológicas y químicas de este. En el caso de la planta en sí misma, mejora el crecimiento, la productividad, la calidad de la fruta y aumenta la tolerancia al estrés.
En el caso puntual de los suelos donde se establecieron los huertos de nogal, explican los especialistas, “hemos observado un aumento en el contenido de sales específicamente de cloro disuelto en el agua de riego”. Esto, porque la Cuenca del Maipo se ha visto aumentada en el contenido de sales de cloro disueltas en el agua, llegando a niveles limitantes para el crecimiento de ciertos cultivos como paltos o nogales. De hecho, recalcan los expertos, “uno de los efectos del cambio climático y reducción de las precipitaciones en el largo plazo es justamente la acumulación de sales en el suelo y en las fuentes de agua”.
Jaime Otarola afirma que acumular sales de cualquier tipo en los tejidos de una planta o cultivo es muy dañino. “En el caso del nogal la acumulación de cloro es contraproducente y el cultivo no tiene cómo discriminar esa sal”. El problema, precisa, “es que el cloro es de muy fácil absorción y las plantas al absorber agua que viene con el cloro diluido, desde las raíces, ya están siendo afectadas”. Al momento de disminuir el crecimiento vegetativo del árbol empieza a concentrar esas sales y se produce un daño en los tejidos foliares. Es un círculo vicioso que termina disminuyendo los calibres y la calidad de la fruta, recalca el profesional.
A la luz de estos antecedentes se propuso como solución tecnológica, la aplicación de otro tipo de fertilizante como son los ácidos húmicos, que permitiera capturar el cloruro y hacerlo menos disponible para la planta, logrando un crecimiento mayor por parte de ésta en el largo plazo.
El especialista Carlos Zúñiga explica; “lo que estamos evaluando en la toma de muestra es cómo ha afectado el contenido de reservas de las raíces del nogal el alto nivel de sales de cloro en el suelo”. Para ello, se realizan toma de muestras de las plantas a las cuales se les aplicó ácido húmico versus las plantas donde no se aplicó.
Destacó que “en el campo, se pudo observar además que algunas plantas que estaban injertadas no se vieron afectadas por la acumulación de sales de cloro. Por eso, puntualiza, “estamos revisando si estas plantas injertadas tienen una acumulación de reserva más alta que las plantas no injertadas, que objetivamente se vieron afectadas por los niveles de cloruro en el suelo”.
El experto asegura que “el nivel de reserva en una planta es un dato importante porque es un indicador de la cantidad de nutrientes que tiene la planta para iniciar la temporada, lo cual además define la floración y el nivel de brotación”. Es el puntapié inicial de la temporada, precisa el especialista; “si la planta empieza con un nivel de reservas adecuado significa que el potencial productivo va a ser mejor respecto de una planta que inicia la temporada conun nivel de reserva más bajo”.
Como un complemento, se están tomando muestras para determinar el nivel de reserva de las plantas y estos datos se van a relacionar con un dron equipado con cámaras multiespectrales para ver si existe una relación entre el nivel de reservas y la radiación absorbida o reflejada por la planta, pudiendo en el futuro homologar el nivel de reserva que tienen las plantas durante la temporada.
Respecto al uso de drones, gracias a la obtención de imágenes se puede examinar grandes extensiones de terreno al mismo tiempo. Las cámaras montadas en drones, explica el Dr. Carlos Zúñiga, “permiten medir los parámetros necesarios para obtener el valor del NDVI, que es otra de las evaluaciones que se realiza en Los Tilos”. EL NDVI, precisa, “es un indicador de la condición fisiológica de la planta ya que determina la capacidad de éstas de absorber radiación roja. Una planta en mejor condición fisiológica absorbe mayor radiación roja”, explica el experto.
Aún no existen resultados de laboratorio ya que las muestras están siendo tomadas y aún no procesadas. Pero, a modo de resultado preliminar, el índice normalizado, después de las dos aplicaciones de ácido húmico, no muestra diferencias estadísticas significativas entre las plantas aplicadas con ácido húmico respecto de las plantas sin tratamiento de ácido húmico.
Lo que sí, podemos decir, afirma el experto es que “la aplicación de ácido húmico permitió incrementar la concentración de Magnesio (36%) y Manganeso (19%) en hojas y a su vez disminuir la concentración de Sodio (37%) respecto del tratamiento control, lo cual evidencia el control favorable de estrés por salinidad en las plantas y que es consecuente con el mayor crecimiento de biomasa vegetativa obtenido con la aplicación de este producto”.
Las mediciones que se obtengan en esta segunda temporada serán claves y son de una mayor frecuencia ya que permitirán determinar la evolución del NDVI en plantas tratadas y no tratadas con ácido húmico.
A modo de conclusión, los expertos coinciden en que la aplicación de ácidos húmicos en huertos de nogales en etapa de formación permite incrementar la producción de biomasa vegetativa y a la vez reducir la concentración de nutrientes de efecto salino en los tejidos, como también incrementar la concentración de nutrientes de reserva como el Magnesio y transportadores electrónicos en el proceso fotosintético como el Manganeso y Magnesio.