La hazaña sigue deslumbrando a la humanidad. “Vino a ratificar lo afirmado por Cristóbal Colon antes de su primer viaje: que la tierra no era plana sino redonda”, precisa Ulises Carabantes Ahumada en Fernando de Magallanes / 500 años (Imprenta Moris, Santiago 2020).
Según la investigadora Emma Lira: “Desde mediados del siglo XV Europa hervía en la búsqueda nuevos mundos, nuevos puertos y nuevas rutas comerciales…Fueron varios los factores que coincidieron para que se dieran las circunstancias: los avances tecnológicos en el diseño de las naves, los instrumentos de navegación y la cartografía, el desarrollo de un pensamiento más global con la irrupción del Renacimiento y, por supuesto, un incentivo potente: la búsqueda de las riquezas que quedaban allende los mares”.
Ulises, ¿cómo surge, desde estos mares del Pacifico Sur Oriente, la iniciativa de escribir en torno a este hito que significó un cambio en la historia de la humanidad?
-Desde siempre he sido un admirador de las historias acaecidas en los mares del planeta, a los largo de los siglos. Desde hace por lo menos cinco años estuve esperando la conmemoración de los cinco siglos del arribo de la expedición de Fernando de Magallanes al estrecho que hoy lleva su nombre, imaginando estar en Punta Arenas y navegar por las aguas magallánicas en noviembre del 2020.
Estando en esa espera, recibí la orden del Capitán Nacional de la Hermandad de la Costa de Chile, institución a la que pertenezco, de desarrollar un documento asociado a este hecho de tanta importancia histórica. Tomé contacto con una universidad española, buscando obtener un documento que me permitiera escribir una obra a la altura del hecho referido. Y es así, recibida la información desde Andalucía, me permitió dar forma a la obra Fernando de Magallanes / 500 Años.
¿Qué factores fueron decisivos para que se concretara el viaje de Fernando de Magallanes y sus hombres?
-El asunto base para que se concretara esta expedición fue la necesidad que tenía la Corona de España de llegar a las tierras de las especias, la Polinesia y Asia, por una ruta que no fuera aquella dominada y usada por Portugal para el mismo fin. Este último reino usaba la ruta bordeando la costa occidental de África y Cabo de Buena Esperanza para entrar al océano índico. Por lo tanto, la ruta que sería la española tendría que ser aquella que permitiera llegar al área indicada navegando hacia el oeste y para lograr esto último era necesario encontrar el paso que permitiera acceder desde la costa del Atlántico de América a la costa del llamado Mar del Sur, como bautizó al Océano Pacífico Vasco Núñez de Balboa, ubicado al oeste de América. Obviamente se pudo concretar esta expedición, además de lo ya referido, gracias a la confianza y financiamiento que el rey de España tuvo hacia el navegante portugués. De otra manera, difícilmente se hubiera concretado aquel viaje. Fue así como zarparon las cinco Naos, Trinidad, nave Almiranta, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago”.
¿Cuáles fueron los principales escollos que tuvo que enfrentar?
-Al recibir Magallanes, portugués, la confianza y financiamiento del rey de España para concretar su viaje, significó desplazar el interés que tenían por el mismo objetivo navegantes españoles, como era el caso de Esteban Gómez y los capitanes de la San Antonio, Concepción y Victoria, Juan de Cartagena, Gaspar de Quezada y Luis de Mendoza respectivamente. Estos comenzaron a concebir un motín inmediatamente dejada la costa española, concretando una sublevación estando la expedición invernando en la actual Patagonia Argentina, durante el invierno de 1520, previo a continuar hacia el sur, para lograr el paso al océano que bautizaron como Pacífico.
El otro hecho grave desde el punto de vista de la estabilidad interna de la flota, ocurrió cuando los expedicionarios desarrollaban reconocimientos en las costas del estrecho. Esteban Gómez dio el golpe cuando Magallanes ordenó a la San Antonio y a la Concepción efectuar reconocimientos en la zona oriental de la actual Isla Dawson. Se confabularon los españoles liderados por Gómez para hacer prisionero al capitán de esta nave Álvaro de Mezquita, primo de Fernando de Magallanes. Tomando el mando de la nave tomaron la decisión de retornar a España, dejando reducida la original flota de cinco naves, a solo tres, pues por condiciones de mar ya se había perdido la Nao exploradora, Santiago, en la costa patagónica de la hoy Argentina.
Los otros inconvenientes que debieron superar estos aventureros de una valentía y perseverancia sin igual, fueron las largas travesías, fundamentalmente la que significó el cruce del inmenso Océano Pacífico, donde debieron soportar el hecho de beber un agua podrida y donde reinó la hambruna a bordo, viéndose obligados aquellos navegantes, incluso a ingerir ratas. Obviamente, otro factor adverso fueron los seres humanos que iban encontrando, pues no todos fueron amistosos con los aventureros europeos. Basta recordar que Magallanes murió combatiendo en las Filipinas.
Los escritos de Pigafetta
Cronista, ingeniero civil, hermano de la costa, Ulises Carabantes Ahumada (La Serena, 1967) es autor de Crónicas Campeonato Mundial de Futbol Brasil 2014 (2014); Enlaces de tiempos y espacios (2015); Desde los valles transversales a los canales australes (2018) y Remberto y su mar (2019).
Ulises, uno de los miembros de la tripulación, Antonio Pigafetta, dejó testimonio escrito de la travesía. ¿Qué señalan sus escritos y que importancia tuvo el bibliófilo chileno José Toribio Medina para que fueran conocidas sus crónicas?
-El italiano Antonio Pigafetta no era miembro de la tripulación de la expedición de Magallanes propiamente tal. Antonio Pigafetta fue recibido a bordo de la nave almiranta, la Trinidad, como un aventurero invitado recomendado por el clero, bajo la protección del Almirante, Fernando de Magallanes. No obstante la condición en que viajaba Pigafetta, se convirtió, dado su espíritu aventurero y su ansia de trascender en la historia a través de los siglos, en protagonista de alta importancia de esta aventura, pues fue registrando prácticamente día a día los detalles de esta expedición.
Sin Pigafetta no conoceríamos de la expedición de Magallanes con los detalles que la conocemos. Una vez habiendo retornado a Europa de tan largo y sufrido viaje, Antonio Pigafetta se dedicó a concretar la última parte de su tarea para hacerse inmortal, para quedar registrado en la historia de la humanidad. Esto era publicar sus escritos, sus manuscritos, objetivo que lamentablemente no logró.
En este afán, dejó Pigafetta cuatro manuscritos, copia de sus anotaciones. El primero de aquellos manuscritos se conserva en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. Este manuscrito sería el que regaló Pigafetta al Gran Maestre de la Orden de Rodas, Felipe Villiers, documento escrito en italiano mezclado con dialecto veneciano y español.
Este manuscrito fue descubierto casi tres siglos después de haber sido escrito por Antonio Pigafetta, por el conservador de la referida biblioteca, el sacerdote agustino Carlos Amoretti. El cura Amoretti tradujo este manuscrito a un correcto italiano y también al francés, publicándose el primero en Milán en 1800 y el segundo en París en 1801.
El segundo manuscrito se conserva en la Biblioteca nacional de París. Sería esta la copia que dejó Pigafetta en manos de María Luisa de Saboya, Regente del reino de Francia, madre de Francisco I.
El tercer manuscrito se encuentra también en la Biblioteca Nacional de París y se habría escrito tomando como base el segundo que fue regalado por Pigafetta a María Luisa de Saboya.
Por último, el cuarto como el manuscrito, conocido como el manuscrito de Nancy, por ser parte de una colección privada existente en la ciudad francesa con ese nombre. Fue tres siglos y medio después de escrito estos textos por el italiano Pigafetta que los hispano parlantes pudieron leer en lengua española los detalles de la legendaria expedición financiada por el rey de España.
Fue el investigador y bibliófilo chileno José Toribio Medina que trabajó en 1882 en el manuscrito traducido al francés por el cura Carlos Amoretti para llevarlo al español y regalar entonces a toda la hispanidad los detalles de la expedición organizada por la hispanidad.
Seguramente la travesía por la costa chilena, después de atravesar el Estrecho de Magallanes, fue la más penosa para Fernando de Magallanes y su tripulación. ¿A qué extremos llegó?
-En verdad la expedición de Magallanes navegó muy poco por la actual costa chilena, excepto en todo lo recorrido en las costas magallánicas. Una vez dejado el estrecho por su costa occidental, se bordeo la costa de Chile sólo hasta la península de Taitao, a la altura del Golfo de Penas. Desde ese punto, las tres naves que aún sobrevivían pusieron rumbo al noroeste alejándose de la costa e internándose en el Océano Pacífico.
Las penurias en el cruce del océano fueron enormes, en una travesía que duró más de tres meses. El escorbuto hizo estragos en las tripulaciones, por la falta de ingesta de vitamina C, además de hambruna, debiendo recurrir como alimento a los cueros de res que eran parte de los aparejos de los buques. La mortandad fue alta.
Cabe recordar que la expedición zarpó desde España con 270 hombres y sus restos arribaron a la península ibérica con sólo 18 hombres, por efecto de deserciones, muertes por diversas razones y permanencia forzada en la Polinesia, por falta de capacidad de transporte de marineros de la última nave sobreviviente, la Victoria.
¿En qué circunstancias muere Fernando de Magallanes?
-La muerte de Magallanes se produjo en las Filipinas dentro del trabajo de cristianización que hacía Magallanes para así obtener también nuevos súbditos para el rey de España. Magallanes arribó con sesenta hombres a la isla Mactán la que tenía un rey llamado Cilapulapu, quien no aceptaba la autoridad del rey de España. Al llegar Magallanes con sus hombres, acompañado de otros naturales, conminó a Cilapulapu y sus súbditos a aceptar al monarca español como su rey.
La respuesta fue negativa y desembarcó Magallanes la madrugada del 27 de abril de 1521, sumando 49 hombres, quedando 11 en reserva y custodiando las tres chalupas en las que habían llegado. Fueron esperados en la playa por 1.500 aborígenes quienes se lanzaron al ataque con inusitada furia. La relación 1 a 30 entre europeos y polinésicos se hizo sentir, comenzando a mermar la cantidad de los combatientes que acompañaban al gran navegante. Se produjo una masacre, los isleños sabían quién era el comandante de los forasteros y comenzaron a atacarlo con especial saña y violencia, hasta hacerlo caer, muerto de lanzasos y golpes. La expedición se quedaba sin su alma impulsora y debía ahora continuar buscando el retorno. La epopeya la culmina Sebastián Elcano que con solo 17 hombres arriba en la nave Victoria, a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522.
Sucintamente, ¿qué balance puede hacer del viaje de Fernando de Magallanes y sus hombres? ¿Cómo cambió el orden mundial?
-No se puede dejar de expresar, al conocer detalles de esta travesía, una palabra de admiración, por la perseverancia y valentía llevada al extremo por parte de estos aventureros del siglo XVI, los que llevaban sus vidas a estar entre dos colores, blanco o negro, la vida o la muerte. Esto, desde el punto de vista netamente humano. En lo geopolítico amplió los horizontes del reino de España enormemente, a tal punto que uno de los monarcas españoles de aquella época aseveró que en su reino el sol nunca desaparecía, siempre había luz de día, pues la dominación española abrazaba desde la Península Ibérica hasta la Polinesia.
Para América en particular, esta expedición significó tener por fin un paso por el cual transitar desde una costa a la otra del continente americano, ruta que no se ocupó mucho en la etapa colonial, sino más bien en el siglo XIX, en la era de la navegación a vapor.
Mario Rodríguez Ordenes