En agosto, el mes del corazón, es importante reflexionar acerca de nuestras acciones y cómo estas pueden favorecer o perjudicar al órgano más importante de nuestro cuerpo. Según cifras del Ministerio de Salud, en Chile las enfermedades cardiovasculares corresponden a una de las principales causas de mortalidad, representando cerca de un tercio de todas las muertes del país, pero se estima que el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse cambiando nuestros hábitos de alimentación por una dieta más saludable, consumiendo más frutas y verduras y realizando actividad física de forma constante.
La crisis sanitaria, que comenzó en marzo del 2020, nos llevó a permanecer en nuestros hogares durante un extenso período de tiempo, razón por la cual es necesario conocer de qué forma se puede retomar la actividad física y lo vital que es la práctica deportiva.
En ese contexto, la directora de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Dra. Natalia Bustamante, entregó algunas recomendaciones para reanudar la práctica deportiva. “Es conocido y avalado por diversas investigaciones científicas que la actividad física regular está asociada a la disminución del riesgo cardiovascular, eso significa que cuando acumulamos al menos 150 minutos de actividad física regular a largo plazo repercute en beneficios a nivel cardiovascular en nuestro organismo. El corazón es un músculo, por lo tanto, necesita tener esta capacidad de contracción y mantener esa suficiencia de contractibilidad a lo largo de la vida. Por lo tanto, conservar una actividad física regular va a permitir que su capacidad de llenado como de eyección permanezca lo más favorable a lo largo del tiempo. También vamos a tener un beneficio a nivel inmunológico y todo nuestro sistema circulatorio va a estar más favorecido a través del trabajo muscular que vayamos realizando. Eso a largo plazo va a repercutir en que se reduzca el riesgo de mortalidad prematura o de presentar alguna enfermedad coronaria”, explicó la académica.
Grupos etarios y práctica deportiva
La actividad deportiva debe ir dirigida considerando edad, condición física y enfermedades base de los practicantes. Tomando en cuenta los puntos anteriores, la Doctora en Actividad Física y Deporte afirmó que es importante seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud e integrar pequeños espacios de práctica deportiva en nuestro día a día. “Aquí es muy importante mencionar que la Organización Mundial de la Salud nos recomienda que los niños de 5 a 17 años tienen que acumular al menos 60 minutos de actividad física al día y esto ojalá todos los días de la semana. Los niños no necesariamente tienen que estar inscritos en un programa o practicar algún deporte, sino que a través del juego pueden realizar ejercicios, ya sea al aire libre o en casa, pero un juego activo de 60 minutos aproximadamente. Para los adultos entre 18 y 64 años lo recomendable es acumular al menos de 150 a 300 minutos de actividad física a la semana y que su intensidad sea de moderada a vigorosa.
Paralelamente se recomienda realizar un trabajo más de fortalecimiento muscular, ojalá dos o tres veces al día, utilizando grandes grupos musculares como piernas, hombros o brazos. Para los adultos mayores también esta recomendación es válida. Los adultos mayores a su intensidad, a su capacidad, también tienen que acumular actividad física de al menos 150 minutos a la semana y realizar ejercicios de fortalecimiento muscular y esto es primordial para que ellos se mantengan funcionalmente activos”, afirmó.
Sin importar el grupo etario al cual pertenezcamos, es importante, además, realizar pausas activas en nuestras jornadas laborales y estudiantiles. “A nivel general debemos reducir el tiempo que permanecemos sentados. Aquí lo fundamental es hacer quiebres, ojalá cada dos horas, levantarnos, ir al baño, dar una vuelta, entre otras acciones. Esto es importante para volver a activar nuestro organismo y sacarlo de ese estado de reposo”, destacó.
Actividad física post Covid
De acuerdo con las cifras señaladas por el Ministerio de Salud, son aproximadamente 1.576.000 los casos recuperados de COVID-19. Luego de padecer este virus, los efectos que se presentan en los pacientes mejorados son falta de aire o dificultad para respirar, fatiga, dolor muscular, entre otros.
Para ellos, la práctica de actividad física debe ser con acompañamiento médico y con una dosificación en la intensidad del trabajo. “Aquí es muy importante mencionar que la persona debe tener una supervisión a nivel médico, una alta médica, para poder iniciar un programa de actividad física y este programa tiene que estar también supervisado por especialistas. Dependiendo el grado de afección a nivel pulmonar que haya tenido la persona con COVID, posiblemente lo primero que va a tener que realizar es un trabajo de reeducación a nivel respiratorio. Luego, continuará con trabajo de fortalecimiento muscular que debe ser dosificado, paulatino y progresivamente a su capacidad. Siempre la cantidad de ejercicios tiene que estar dosificada, adecuada a la persona y guiada por un especialista en este caso, hasta lograr sus niveles óptimos o de normalidad”, finalizó Bustamante.