Tras más de un año de confinamiento, los efectos del sedentarismo sobre la condición física de las personas ya se recienten. Pero, ¿qué otra secuela podría tener la inactividad en la salud de los adultos mayores?
Un estudio realizado durante el 2018 y 2019 por los académicos de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Dr. Andrés Herrada y Dr. Eugenio Merellano, en adultos mayores de la región del Maule, demostró que a menor actividad física, mayor es el estado inflamatorio característico del envejecimiento, también conocido como “inflammaging”, lo que en términos del sistema inmunológico conduciría a una peor respuesta ante enfermedades como el COVID-19.
La investigación, que tuvo como objetivos analizar el estado del sistema inmune en adultos mayores comparándolo con adultos jóvenes (para así evaluar el deterioro del sistema inmune, conocido como inmunosenescencia), así como analizar el “inflammaging”, reveló que ambos parámetros mostraron deterioro en la población de adultos mayores.
El doctor en Ciencias Biomédicas, Andrés Herrada, explicó que se encontró una relación directa entre ambas medidas. “Mientras el adulto el mayor tenía mayor inflamación basal, también registraba mayor inmunosenescencia, o sea que estos dos parámetros de estado de sistema inmune e inflamación parecen estar relacionados”.
Vida activa
Dados dichos resultados, publicados recientemente en la revista International Journal of Morphology, los investigadores consultaron a los adultos mayores sobre aspectos de su vida diaria, como antecedentes laborales, práctica de deportes en la juventud, actividad física actual y otros. El resultado arrojó que quienes mantenían actividad física en el presente, como una breve caminata diaria, registraban menor inflamación basal e inmunosenescencia, indistintamente del ritmo de vida llevado anteriormente.
“Vimos que los adultos mayores que eran activos en la actualidad, es decir, que caminaban media hora al día, iban caminando al supermercado o eran capaces de subir las escaleras en su casa, que en el fondo tenían cierta actividad física, tenían parámetros inmunológicos con menos inmunosenescencia y menos ´inflammaging´ y eso tiene un impacto positivo, porque significaría que tienen menos susceptibilidad de sufrir enfermedades de la vejez, como neurodegeneración, cáncer, enfermedades infecciosas y otras”, apuntó el investigador, quien enfatizó que los adultos mayores activos tienen un sistema inmunológico más rejuvenecido.
“Esto es interesante porque muestra que la actividad física durante la época adulta mayor tiene un mayor impacto en la respuesta inmune”, afirmó el académico, quien sostuvo que basado en dichos estudios, se podría aseverar que adultos mayores autónomos y activos podrían registrar mejor respuesta frente al coronavirus.
Herrada analizó que el confinamiento limita la actividad física del adulto mayor y a menor actividad física, mayor impacto en múltiples sistemas, como el cardiovascular e inmunológico.
“Probablemente el confinamiento vaya a tener un impacto en el sistema inmunológico, probablemente la inmunosenescencia en adultos mayores esté más aumentada y el inflammaging´ también”, comentó el investigador.
Maule envejecido
Herrada subrayó que el Maule es una de las tres regiones de Chile con mayor población adulta mayor, por tanto, mayores podrían ser los riesgos asociados a los hallazgos de su investigación, en especial tras las secuelas de la pandemia.
Por tal motivo, ambos investigadores desarrollan otra investigación, a propósito de explicar la correlación directa entre los parámetros de inmunosenescencia e “inflammaging”. Asimismo, persiguen determinar qué tipo de rutina de actividad física del adulto mayor tendrían mejor impacto sobre el sistema inmunológico y la calidad de vida de los adultos mayores.
A esto se suma la adquisición de nuevos instrumentos de análisis por parte de la Universidad, a fin de lograr una investigación más detallada, con impacto directo y de base científica, en la región del Maule.