El director del Centro, Yerko Moreno, relevó la importancia de “aportar con ideas para mejorar y generar productos que permitieran ampliar la gama de oportunidades que tienen las empresas. Este tipo de vino mejorado en las etapas de fermentación permitiría, por ejemplo, trabajar en la elaboración de nuevos espumantes”.
En tanto, el Gerente del CTVV, Rodrigo Moisan, destacó que sea un trabajo elaborado en la región, ya que “implica que el Maule está direccionando una estrategia de productos no solo basado en el rescate de variedades antiguas, de lo ancestral y artesanal, sino que también es capaz de elaborar productos modernos, en base a procesos nuevos, con aptitudes para poder expresar las diferenciaciones de nuestros valles de cordillera a mar”.
En ese sentido, la directora de Innovación y Transferencia de la Vicerrectoría de Innovación, Nadia Rojas, señaló que “los principales atributos del desarrollo de esta marca colectiva están relacionados con la puesta en valor de productos identitarios de la Región del Maule. Esto ha sido posible gracias a la articulación de las capacidades de I+D+i de la Universidad con las empresas productivas y las agencias de Estado, dando como fruto la innovación plasmada en el lanzamiento de este conjunto de espumantes de alta calidad”.
El sello utalino también se encuentra en la presentación de “Cencellada”, ya que tanto en la elección de su nombre como en la definición de su etiqueta participó el académico de la Escuela de Diseño, Raimundo Hamilton, quien recordó que la búsqueda consistió en “encontrar nombres asociados a la región, pero que no fueran exclusivos como un río, por ejemplo. Buscamos un fenómeno climático que nos agrupara con los conceptos relacionados al producto: el frío, el frescor, las burbujas, lo liviano”.
Sobre el producto, la enóloga jefa de Viña El Aromo, Ximena Egaña, valoró que “la Universidad le dio un sello tecnológico a la forma de elaborarlo, lo que resultó en un producto que puede ser exitoso en el mercado”.
El enólogo uruguayo, Alejandro Cardoso, fue el encargado de asesorar el proyecto en lo referido a la elaboración del producto final. En la zona “hay un potencial para espumantes de grandes cualidades, manteniendo el espíritu local. Estos productos poseen características de frescor y calidad que no son fáciles de encontrar a nivel mundial”.
El especialista recomienda que un espumante “sea leve, elegante, delicado, fresco. Debe otorgar sensaciones frías, mantenerse como recién salido de la heladera. También que sea muy cremoso, con una burbuja delicada, que parezca que estás probando un gas que no tiene gas”.
Cabe mencionar que el desarrollo de este innovador producto fue posible gracias al apoyo del Gobierno Regional del Maule a través de un proyecto FIC adjudicado por el CTVV. Asimismo, la Dirección de Innovación y Transferencia de la Universidad, mediante el proyecto InES I+D–ANID, apoyó su lanzamiento, con el fin de difundir experiencias de innovación basada en I+D y visualizar las capacidades científicas y tecnológicas del Centro de la Vid y el Vino y de la Escuela de Diseño de la Universidad de Talca.