La Universidad Católica del Maule (UCM) emitió este martes una declaración pública en la que expresa su preocupación, repudio y rechazo a los actos de violencia registrados en Iquique contra grupos de inmigrantes.
La nota, firmada por el rector Diego Durán Jara, expresa lo siguiente:
Ante los graves hechos de violencia ocurridos la semana recién pasada en la ciudad de Iquique, en que con gran tristeza pudimos conocer como personas migrantes y sus hijos recibieron agresiones y quema de sus pertenencias, por parte de nuestros compatriotas, como Universidad Católica del Maule, manifestamos nuestra profunda preocupación, repudio y rechazo ante estos hechos que atentan contra la dignidad y los derechos de las personas migrantes.
Como Universidad Católica, de fuerte compromiso con los migrantes, adherimos al mensaje del Papa Francisco, que en su Encíclica Fratelli Tutti manifiesta su gran preocupación por las causas y efectos de la migración. De hecho, si las condiciones no están dadas en los países de origen y las personas se ven en la obligación de emigrar por su seguridad y la de sus familias, debemos en nuestra calidad de seres humanos, acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes.
El llamado es a respetar el derecho de todo ser humano de encontrar un lugar donde no solamente pueda satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia, sino a realizarse integralmente como persona, pues quien emigra no deja atrás sus derechos cuando sale de su lugar de origen. Esto está claramente establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se señala que todas las personas tienen derecho a moverse libremente y a buscar refugio y asilo en casos extremos donde su vida corra peligro. Asimismo, diversos tratados internacionales, firmados y ratificados por casi todos los países del mundo, reconocen que la persona migrante es un sujeto de derechos y que no puede ser tratado de otra manera, sobre todo cuando está sometido a situaciones de vulnerabilidad. La migración no puede, sino enfrentarse desde la perspectiva de la protección de derechos, porque el drama humano, el dolor y la desolación no tienen nacionalidad, ni conocen fronteras.
Hacemos un llamado a la construcción de una sociedad capaz de plasmar la fraternidad, a la sana política puesta al servicio del verdadero bien común, de sociedades inclusivas, no de fanatismos odiosos o de miedos que construyen fronteras. Los grandes desafíos que tenemos como sociedad y a los cuales queremos aportar como UCM es construir pueblos y naciones que vivan el diálogo y la amistad social con el fin de generar una gobernanza mundial renovada que definitivamente ponga al centro a la persona y sus circunstancias, cualesquiera sean éstas. Del mismo modo, nos comprometemos a continuar trabajando en el día a día en distintas dimensiones que, desde las opciones que tenemos, nos permitan generar respuestas concretas, en políticas, proyectos y acciones para aportar a las personas que están en situación de migración.