La toma de decisiones siempre tiene efectos futuros. En el caso de la familia Durán, optar por la innovación y reconvertir la tecnología de cosecha de sus tomates, fue un acierto que por estos días les ha permitido aumentar – en comparación al año pasado – hasta en un ciento por ciento las toneladas de tomates.
El agricultor y ejecutor del proyecto, Igor Durán (57), atribuye el éxito de la iniciativa, financiada por el Gobierno Regional de La Araucanía, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), a su espíritu innovador ya que “esta pandemia ha demostrado al mundo entero la importancia de la seguridad alimentaria, por aquello, es sumamente importante la innovación y la labor desarrollada por FIA”, indicó.
La innovación
La iniciativa FIA en concreto consiste en cambiar el sistema de producción de tomates (también se puede aplicar a otras hortalizas) al aire libre por la implementación de un sistema productivo intensivo en invernadero. Es decir, en una superficie total de 2.300 metros de terreno, con el uso de coberturas tanto superiores como laterales y manejos naturales. Técnica que se suele usar en el norte de Chile y, que gracias a la familia Durán, por primera vez se está haciendo en la zona sur.
Por otro lado, explica Igor Durán, se debe “llevar a cabo manejos específicos de fertilización, fitosanitario y de conducción de las nuevas variedades así como también, la instauración de un sistema de manejo integrado de plagas (MIP) con el uso de mallas antiáfidos, cubiertas de polietileno, mulch, sustratos especiales, riego tecnificado y bio insumos que en conjunto nos permitan obtener tomates de primera calidad, adelantar el inicio de la producción, extender el período de cosecha y comercialización de un producto de características más adecuadas para el mercado en cuanto a tamaño, color, aroma, durabilidad, y por ende, mayormente competitivo, mejorando la eficiencia y la eficacia de la producción de tomates”.
En esa línea, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, sostiene que “es muy alentador que existan casos de éxito en cada una de las regiones. Más aún cuando se buscan alternativas amigables con el medio ambiente; tales como el sistema de riego sustentable que contempla un pozo completo más una bomba alimentada por 2 paneles solares. Además, la innovación de la familia Durán incluye la instalación de 4 paneles solares de iluminación para alumbrar y asegurar la superficie total de invernaderos plantados…un gran desafío cumplido para la Agricultura Familiar Campesina en Renaico”.
Efecto
Igor añade que antes realizaban el cultivo del tomate al aire libre y tenían un 50% de perdidas, por manchas de sol, plagas y lluvias. “Nuestra meta era superar las 16 toneladas de tomate cosechadas el año pasado, hoy llevamos aproximadamente más de 26 toneladas y todavía no damos por finalizada la temporada, logrando un aumento de un 100% en nuestra producción y extendiendo los meses de producción. Si antes al aire libre cosechábamos de febrero a marzo, ahora comenzamos a hacerlo desde diciembre y todavía continuamos entregando al mercado”.
El agricultor detalla que sus productos están en el supermercado, lo que es un salto relevante, pues “logramos estabilidad y la oportunidad de crecer, desarrollar nuestro negocio e invertir en nuevas instalaciones gracias a que el tomate se presenta de color intenso, aroma, brillo, tamaño armónico y sabor”.
Nueva mirada
Para los hijos de este productor, “Agrovive” se define como una empresa familiar que tienen una mirada diferente hacia la tierra y el campo, cuidando el medio ambiente. “Realizamos economía circular, utilizamos el porcentaje de tomates de mala calidad, que es muy bajo, como alimento complementario para los cerdos, por lo que no generamos desechos y los brotes de las plantas lo utilizamos para compost, así buscamos reducir nuestra huella de carbono”, dice Valeria Durán, una de las hijas.
Desafíos
Con una proyección a largo plazo, los emprendedores esperan seguir perfeccionándose, e incluso, el 2022 esperan plantar una hectárea y cultivar el doble con los 6 invernaderos que tienen actualmente.
Finalmente, Igor hace un llamado a la institucionalidad pública a seguir apoyando y fortaleciendo la horticultura en Chile, y especialmente en la región de La Araucanía. “Como agricultores es nuestra responsabilidad seguir produciendo alimentos de primera calidad, con un manejo y cuidado responsable del medio ambiente. El futuro es uno solo, no lo podemos desechar.”