Se dice que la ciudad donde vivimos es nuestra casa común. Si es así como creo que lo es, nuestra casa tiene varios problemas. Hoy nos referiremos a uno muy visible y que es su aseo y ornato en las vías. Dejaré para otra ocasión a los rayados de muros y otros referidos al perfil de la ciudad.
Partamos por lo básico; ¿A quién le corresponde el aseo de la ciudad? Es cierto que la ley municipal señala que es una finalidad específica municipal, pero también es cierto que si es la casa de todos, es responsabilidad de quienes vivimos acá.
¿Por qué es importante una ciudad limpia, ordenada, iluminada y acogedora?
En primer lugar, porque una ciudad con esas características da seguridad a los habitantes, eso se comprobó hace más de 50 años en lo que en la criminología se conoce como el “síndrome de la ventana rota”, y que en una frase consiste en que la gente se comporta de buena forma conforme el entorno que lo rodea.
Esto se probó en la ciudad de Nueva York, que en los años 70 vivía una ola de criminalidad, por lo que el municipio estableció lo que hasta el día de hoy se conoce como “tolerancia cero”, consistente en educar y luego sancionar las pequeñas incivilidades, como por ejemplo arrojar basura, escupir en la calle, cruzar las vías por lugares no permitidos, rayar los espacios públicos y privados, no asear los frontis y veredas particulares, etc.
Además, por el municipio, mejorar la iluminación, la demarcación de veredas y cruces, poner guardias visibles en lugares estratégicos, destacar los símbolos de la ciudad, etc.
Seguidamente, importa una ciudad limpia y agradable porque incentiva la actividad comercial y turística, y así está probado en diversas urbes de Chile y el extranjero.
Por último, que las casas y locales comerciales estén en barrios acogedores y seguros aumenta su plusvalía, y con ello se dinamiza el trabajo y la economía.
¿Cuál es la realidad de Talca actualmente?
Basta caminar por las principales vías de la ciudad para darnos cuenta de un panorama desolador con inacción por parte del municipio, pero también de los vecinos.
Veredas sucias, muy sucias, que demuestran que desde que se instalaron las baldosas respectivas nunca más se lavaron, y digo lavaron y no barrieron, porque lo que debe hacerse periódicamente es lavar y fregar con agua y detergente las veredas.
Son escasos los vecinos y locales comerciales que lo hacen, y resulta notable cómo la mayoría lamentablemente se preocupa mucho desde la entrada hacia adentro de su local, pero hacia el exterior no existe la misma preocupación.
Ello es ostensible en algunos locales de comida, farmacias, servicios públicos y otros cuyas negras veredas parece ser no llaman la atención.
Respecto del mobiliario urbano, es decir, papeleros, semáforos, cajas de semáforos, bancas se puede constatar cómo desde su instalación nunca han recibido mantención de limpieza y pintura, y hoy lucen como verdaderas pizarras con múltiples avisos, propaganda, etc.
Sin embargo, es importante preguntar por qué se pegan papeles o ponen avisos en todas partes o lienzos que permanecen meses después de la actividad que publicitan.
Sobre lo primero es claro que quien desea poner un aviso hoy no tiene dónde hacerlo, y aunque no sea una justificación, es la razón de por qué se pegan en cualquier parte y permanecen ahí hasta su deterioro total.
Hemos visto que en otras ciudades se soluciona este punto con la instalación de lo que se llaman tótems publicitarios, estructuras que además muestran la fecha, hora, temperatura y radiación UV. Allí las personas ponen sus avisos y luego de una semana el municipio retira todo y se repite el ciclo.
En Talca que existe una ordenanza municipal vigente en estas materias y que señala que los inspectores fiscalizarán la colocación de publicidad ilegal y no autorizada, y que se presume la responsabilidad de la institución o persona que en ella figura.
Lamentablemente no hemos visto que esto se cumpla, y la ciudad está cubierta de letreros, avisos y lienzos de toda clase.
Por esto es que hago un llamado, al municipio en primer lugar como entidad pública responsable en forma directa de estas materias, para que retire la publicidad ilegal, y efectúe una limpieza y mantención de los espacios públicos; pero también a los vecinos y comerciantes de la ciudad a asumir acciones concretas para mejorar el aseo y ornato, como el lavado de veredas, de esta casa común.
En lo personal, por medio de las instituciones en que participo, haré lo propio, y espero que el próximo aniversario de Talca nos encuentre con una ciudad con la cara más limpia, y digamos así como siglos atrás lo hicieron nuestros antepasados, aunque en otro contexto por cierto,” nosotros sí nos atrevimos.”
Robert Morrison Munro Ph.D.
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