Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ruidos de colores son una variante de sonidos ambientales diseñados para inducir estados de relajación y mejorar la calidad del sueño. Estos pueden incluir una variedad de tonos, desde notas suaves y melódicas hasta zumbidos más profundos y constantes. La teoría detrás de esta práctica es proporcionar una estimulación auditiva agradable y constante, permitiendo que la mente se distraiga de los pensamientos intrusivos y se sumerja en un estado de calma.
El sonido del agua fluyendo, el murmullo de un arroyo o el suave chapoteo de las olas del mar han sido durante mucho tiempo experiencias sensoriales de preferencia para quienes buscan mejorar su calidad de sueño. Los expertos dicen que estos sonidos tienen un efecto calmante en la mente, reduciendo el estrés y facilitando la relajación necesaria para dormir profundamente. Por lo mismo, ¿podrían los ruidos de colores ser la clave para conciliar un sueño reparador?
Al respecto, Ignacio Gutiérrez, neurólogo de Clínica Somno, comenta que “existen distintos ruidos de colores. Los más usados son el blanco y el rosa. Estos son tipos de sonidos que consisten en frecuencias aleatorias y no siguen un patrón rítmico específico. Su propósito principal es enmascarar los ruidos ambientales, lo que ayuda a mejorar la calidad del sueño al prevenir interrupciones indeseadas”.
“Dado que estos sonidos carecen de un ritmo discernible, como el de la música o un ruido con un patrón definido, no tienden a captar la atención de la misma manera. Esto significa que no distraen a la persona y facilitan la conciliación del sueño”, agrega el especialista.
Existen distintos dispositivos en los que se pueden encontrar este tipo de ruidos, desde aplicaciones de celular, Spotify o máquinas, las cuales pueden mantener la continuidad del sueño y eso facilita el ritmo circadiano, permitiendo un buen funcionamiento de vigilia sin somnolencia, siendo útiles tanto para bebés como para adultos.
Por último, el profesional de Clínica Somno destaca que, si bien estos ruidos pueden ser útiles, la calidad del sueño a largo plazo estará relacionada con las rutinas y hábitos de cada persona. No obstante, su uso puede ser un elemento complementario para mejorar la calidad del descanso.