Según el último Informe de Morosidad de Empresas, elaborado por Equifax y la Universidad San Sebastián, a fines de abril la cantidad de empresas morosas subió por segundo trimestre consecutivo, llegando a 78.587, lo que equivale a casi el 13% del total de empresas activas. De estas compañías morosas, el 68% son pymes.
La situación macroeconómica que vive Chile y el mundo hace proyectar un final de 2022 muy duro para los bolsillos de las personas y las empresas de todos los tamaños, por eso hay que estar preparados. En este contexto, Ricardo Ibáñez, abogado socio fundador de DefensaDeudores.cl explica que lo recomendables es “siempre hacer una buena planificación financiera que guie a la empresa, con el objetivo de minimizar los riesgos. Esto permite que los emprendedores puedan aprovechar al máximo las oportunidades y sus recursos económicos. Hay que planificar a largo plazo: plantear objetivos a tres años. De esta manera, disminuye la incertidumbre e improvisación”, recalca Ibáñez.
El dinero personal no se mezcla con el de la pyme
Un aspecto clave es separar los ingresos y egresos del hogar frente a los del negocio. Es un error frecuente en el caso de los emprendimientos el de mezclar ambos dineros y usar los recursos propios para cubrir problemas de la pyme. Una de las recomendaciones de Ibáñez para lograr ordenarse es “abrir una cuenta bancaria para el negocio: visualizar ingresos y egresos. Contar con un presupuesto exclusivo para la pyme”.
No desesperarse ante las dificultades
Ante las dificultades con el emprendimiento es importante estar informados y para ello es clave revisar constantemente los sitios web de instituciones como Corfo o Sercotec, que pueden brindar apoyo a las pymes durante periodos críticos.
Además, hay que considerar la contabilidad como un aspecto central de nuestra empresa, siempre hacer una evaluación de logros y pérdidas. Ante lo que hay que tener claro cuáles son las necesidades urgentes y no olvidarse de que existen herramientas a las que se pueden recurrir, como la Ley de Insolvencia y Reempredimiento.
Ley de quiebras para pymes
Hay que recordar que frente a problemas de sobreendeudamiento las pymes pueden encontrar alternativas legales. La Ley 20.720 de Insolvencia y Reemprendimiento, también conocida como Ley de quiebras, apuesta por la rehabilitación financiera, porque tener complicaciones económicas no es sinónimo de fracasar.
Uno de los problemas más frecuentes que viven las pymes es dejar pasar el tiempo y no buscar ayuda. Entre los síntomas que pueden indicar que existen problemas en nuestro negocio se encuentran: recurrir a préstamos personales para destinarlos a la empresa, factorizar documentos, declarar cotizaciones previsionales y no pagarlas.
En estos casos, la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento permite optar entre dos alternativas a las empresas deudoras, para las que se requiere la representación de un abogado.
Liquidación voluntaria
La liquidación voluntaria o quiebra es un procedimiento que permite a cualquier empresa que se encuentre en un estado de insolvencia económica, es decir, sin poder cumplir con sus obligaciones, pueda extinguir la totalidad de las deudas, siendo eliminada de los informes comerciales y así mejorar su situación financiera.
En este caso un liquidador administrará y venderá los bienes de la empresa deudora para efectuar el pago a sus acreedores, incluidos los trabajadores.
Reorganización
En este procedimiento la empresa deudora propone a sus acreedores una nueva forma de pago para sus deudas, efectuando así una reestructuración de su pasivo y activo.
Se buscan nuevas y mejores condiciones para el pago, también se podrían lograr meses de gracia, condonación de parte del capital adeudado o disminución de los intereses por mora.
Tras dictarse la resolución de reorganización, tu pyme contará con protección financiera concursal por al menos 30 días. Durante este periodo la empresa y sus bienes estarán resguardados de procesos como el embargo.