En medio de la preocupación por la baja natalidad en el país, un grupo de investigadoras de la Universidad Diego Portales propone mirar hacia un aspecto clave pero poco explorado: la experiencia del nacimiento desde la voz de las mujeres.
Se trata de la Encuesta Nacional de Experiencia de Parto, que por primera vez en Chile mide las expectativas de mujeres embarazadas respecto al trato en el momento del nacimiento, para luego comparar esas respuestas con lo que efectivamente viven tras dar a luz. Una investigación pionera que busca abrir una conversación informada sobre un momento decisivo de la vida.
“Hoy se habla mucho de cuántos nacimientos hay, pero poco de cómo son. Esta encuesta cambia el foco: queremos saber cómo las mujeres viven y sienten ese momento. ¿Se sintieron cuidadas, acompañadas, respetadas? ¿Sus deseos fueron tomados en cuenta?”, señala la académica y socióloga Macarena Orchard, responsable del estudio.
La encuesta está abierta para mujeres embarazadas de al menos 28 semanas, mayores de 18 años y que vivan en Chile. Es anónima, se responde online desde cualquier dispositivo, y al completarla se accede a un sorteo de gift cards de $50.000.
Contacto: [email protected]
Una investigación en dos tiempos
La originalidad del estudio está en su diseño: se entrevistará dos veces a las mismas mujeres, una antes del parto y otra después. De este modo, será posible conocer si las expectativas que tenían fueron cumplidas o no, y qué factores influyen en ello.
“Queremos construir conocimiento desde las experiencias reales. No se trata de encasillar, sino de entender qué esperan y cómo se sienten tratadas en un momento tan potente como el nacimiento”, agrega Orchard.
El estudio cuenta con financiamiento de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y es ejecutada por Datavoz.
¿Por qué es importante participar?
Los resultados serán compartidos con instituciones públicas, organizaciones de salud, equipos médicos y la sociedad civil. Servirán para mejorar la comprensión del nacimiento como experiencia vivida y abrir caminos para avanzar hacia una atención más centrada en las personas.
La invitación está hecha: es hora de hablar del nacimiento, no solo de la natalidad. Escuchar lo que desean y viven las mujeres puede transformar las políticas, las prácticas y el futuro.