Algunos estudios estiman que por cada 4 hombres hay una mujer con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). De ser correcta esta cifra, existirían miles mujeres que aún no han sido diagnosticadas.
Históricamente se ha creído que esto ocurre por motivos genéticos, sin embargo, nuevas investigaciones han comprobado que al sexo femenino se diagnostica el autismo mucho más tarde.
Al respecto, el investigador adjunto del Núcleo Milenio para la Ciencia del Aprendizaje (MiNSoL) y académico de la Universidad Católica del Maule (UCM), Nicolás Acuña, explicó -citando un estudio realizado en Italia- “que el 75% de las mujeres encuestadas recibió el diagnóstico de TEA hasta 8 años después en comparación a los hombres participantes, lo que da cuenta de una importante brecha”.
Por tal sentido, la gran pregunta que se hace la ciencia en la actualidad es ¿Por qué ocurre esto?
Al respecto, el investigador señaló que “en el caso de las mujeres, ellas tienen habilidades sociales que permiten enmascarar las características del trastorno, es decir, son capaces de reconocer lo que se llama la deseabilidad social, que corresponde al comportamiento que se espera de las personas en términos sociales”.
Esto tiene como consecuencias que en las mujeres les provoca una inestabilidad o un perjuicio en su salud emocional, explicó el especialista, “porque están constantemente inhibiendo y/o forzando ciertas conductas que pueden desencadenar -posteriormente- en problemas de salud mental como depresión o ansiedad”.
Por ese motivo, indicó, “curiosamente hay muchos diagnósticos tardíos en mujeres adultas que llegan a la consulta por depresión y después con el tiempo, al realizar un examen exhaustivo en psiquiatría y neurología, se dan cuenta que en realidad tienen TEA”.
Esto afecta la calidad de vida de muchas mujeres no diagnosticadas, “mientras más temprano se pueda detectar, más fácil es trabajar en la aceptación de esa condición para que la paciente permite entenderse internamente y no tratar de estar enmascarando estos rasgos”.
Cabe recordar que el Trastorno del Espectro Autista, según la OMS, son un grupo de afecciones diversas que se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación. También, existen otras características propias de esta condición como dificultad para pasar de una actividad a otra, gran atención a los detalles y reacciones poco habituales a las sensaciones.
En Chile se estima que 1 de cada 51 niños tienen autismo. Otros países como Estados Unidos, se determinó que una de cada 59 personas tiene esta condición.
Desafíos
Un gran desafío es cómo revertir esta realidad. De acuerdo con el especialista en Chile “deberían existir modificaciones regulatorias que permitan tener herramientas más eficaces en la pesquisa del autismo, y en ese sentido mecanismos como la Ley TEA es un gran avance”.
También es importante, explicó Acuña, la capacitación a docentes de educación parvularia, básica y media, “con el fin de que todos estén preparados con habilidades para detectar alertas que puedan derivar en una evaluación formal de pesquisa de autismo en las niñas, en este caso.