TALCA.- Es un problema que se genera en el mundo virtual pero que tiene consecuencias en la vida real, algunas graves y que incluso, llevan a la víctima a atentar contra su integridad. El ciberbullying es una problemática que se ha instalado desde la irrupción del internet y de las redes sociales pero que, en pandemia, dado el aumento de las actividades virtuales, pudo haber aumentado.
Esta es la percepción que tiene Sidclay Bezerra, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica del Maule y quien se ha dedicado a investigar este fenómeno desde hace varios años. Si bien, no existen cifras en el marco de la crisis sanitaria, “lo que sabemos es que el uso de la internet y de las redes sociales implica un mayor riesgo o una mayor tendencia a situaciones de ciberbullying”, afirmó.
En el país las alarmas se encendieron en 2018 a raíz de la muerte de Katy Winter, estudiante del Colegio Nido de Águilas de Santiago y quien se quitó la vida luego de recibir agresiones virtuales sin que sus padres conocieran lo que estaba pasando.
Para Bezerra, “los padres tienen un rol fundamental en la percepción de que un joven está siendo víctima de ciberacoso. Uno de los comportamientos que pueden dar indicio de ello es que el adolescente no da acceso a su teléfono o que se queda siempre dentro de su habitación. Si esto ocurre, los padres deben saber que puede existir alguna posibilidad de que su hijo esté involucrado en algún tipo de situación de acoso”, expuso.
Las víctimas más frecuentes, según señaló el experto, “son los jóvenes entre 15 y 19 años, esto es lo que la literatura plantea en términos de resultados. Todavía no podemos decir si los testigos o los observadores del ciberbullying también se ven afectados por la situación”, comentó.
“Lo que tenemos identificado desde la investigación es que esta problemática tiene manifestaciones diferentes de acuerdo al contexto cultural. Por ejemplo, en Chile la amenaza es un tipo de comportamiento más frecuente, pero en otros países, el envío de mensajes con contenidos de carácter sexual, suele ser más habitual. Es decir, el ciberbullying, tiene una faceta particular en cada país”, añadió el académico de Psicología de la UCM.
Diálogo sí, prohibición no
El investigador, quien actualmente adelanta un estudio que involucra ciberacoso en estudiantes universitarios, planteó que prohibir el uso de redes “no es una vía muy saludable, pero desde la perspectiva del diálogo sí debemos colocar reglas como, por ejemplo, que los adolescentes no mantengan claves en sus celulares. Siempre dando los motivos y las razones por los cuales damos esta instrucción y enfatizando los riesgos asociados al uso del internet y las redes”, sostuvo.
Para Bezerra, es “extremadamente importante que los padres estén acompañando la evolución de las redes sociales y de la tecnología. Encontramos una dificultad en ello porque los papás tienen su trabajo y muchas cosas qué hacer, pero es importante hacerse parte y acercarse a este mundo digital para prevenir situaciones riesgosas”, expresó.
Sin embargo, no solo los progenitores deben estar atentos, para el académico, los colegios también deben contribuir a la prevención. “En términos de políticas públicas, los establecimientos deben empezar a impartir una educación direccionada a la convivencia digital, esto es un desafío de la sociedad como un todo porque aprender a convivir en una red virtual es extremadamente importante desde un punto de vista de la prevención”, puntualizó.
Investigación en universitarios
Actualmente, Sidclay Bezerra trabaja en una investigación que involucra a universitarios. En el mundo solo existe un antecedente en estudios de ciberacoso en este grupo poblacional y con él espera “identificar cómo ocurre el fenómeno del ciberbullying en ellos y trabajar la regulación emocional, considerando que es una variable extremadamente importante para enfrentar situaciones de vulnerabilidad y de violencia”, dijo.
Respecto al impacto de su estudio desarrollado desde la Escuela de Psicología UCM, indicó que “vamos a proponer a los universitarios, estrategias de autoregulación emocional y para ello haremos uso de un juego que fue desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Lisboa, lo adaptaremos para Chile y trabajaremos ese aspecto”, acotó.