Consumir agua potable o preparar algunos jugos de fruta, tipo limonada, junto al agua mineral e infusiones de yerbas son las alternativas idóneas para hidratar todos los músculos del cuerpo, en especial el cerebro.
Los expertos señalan que la mayor parte del cuerpo humano está compuesta de agua, motivo por el que todos los órganos requieren de este vital elemento para funcionar correctamente. Por lo mismo, diversos estudios han demostrado que la deshidratación afecta directamente a los músculos, y especialmente a un órgano muy importante como el cerebro, donde el agua representa el 75% de la masa cerebral. Por lo que un cerebro con síntomas de deshidratación presenta dificultades para llevar a cabo tareas que no requieren tanto esfuerzo en términos normales.
Es así como una leve deshidratación puede provocar dolores de cabeza, sensación de confusión o pérdida de equilibrio.
Por lo mismo, cuando el cerebro no está lo suficientemente hidratado las habilidades de cálculo mental disminuyen, hay un aumento de los estados anímicos. También se puede presentar irritabilidad, estrés y la fatiga se vuelve más frecuente.
En este sentido el nutricionista del Servicio de Salud Maule, Andrés Acevedo, señala que uno de los errores más comunes que cometemos en el diario vivir es que al minuto de sentir sed pensamos inmediatamente en una bebida gaseosa y azucarada.
Lamentablemente, explica que este tipo de líquidos no solo no quitan la sed, sino que, además, incrementan la deshidratación.
Por lo mismo, el profesional aconseja que la mejor forma de hidratarse es “consumir agua potable o preparar algunos jugos de fruta, tipo limonada. Es recomendable que en temporada de altas temperaturas las personas tengan o alcancen el consumo diario de agua, equivalente a 6 a 8 vasos de agua, antes de comenzar a sentir sed, porque cuando se siente sed ya la persona se encuentra en un proceso de deshidratación”, dice.
El profesional añadió que el agua mineral también es una buena opción, así como las infusiones de yerbas, tomando las cantidades adecuadas diariamente.
Para muchos será complicado quizá reconocer las señales de deshidratación, y de esta forma, la disminución del rendimiento cognitivo. Por esto, las personas deben estar atentas algunas señales, como: sed excesiva, sequedad bucal, piel fría y seca, fatiga muscular, letargo e irritabilidad, disminución de la orina, reducción de la presión arterial, dolores de cabeza y mareo.