Las celebraciones de Navidad y Año Nuevo suelen asociarse a alegría, encuentros familiares y balance de fin de año. Sin embargo, para muchas personas este periodo puede implicar un aumento del estrés, la ansiedad, la tristeza o la frustración, especialmente cuando las expectativas no coinciden con el estado emocional real.
Así lo explicó el jefe del Departamento de Salud Mental del SSM, Dr. Felipe Navia, quien llamó a poner atención al estado emocional previo con el que se llega a estas fechas.
💬 “Es muy importante observar cómo se encuentra una persona antes de las fiestas. Muchas veces se espera estar feliz o alegre, pero no necesariamente todos están en ese estado emocional, y ahí las expectativas juegan un rol clave”, señaló.
El profesional advirtió que síntomas como ansiedad, tristeza persistente o irritabilidad pueden intensificarse durante este periodo, especialmente en contextos de reuniones familiares complejas.
Poner límites y priorizar el autocuidado
El Dr. Navia enfatizó que no todas las instancias sociales resultan emocionalmente favorables y que es válido evaluar la participación en ellas.
💬 “Si una persona no se encuentra en un estado emocional adecuado, es importante considerar no participar de ciertas actividades o establecer límites claros sobre bajo qué condiciones se va a estar presente. También es clave desarrollar habilidades para enfrentar situaciones potencialmente conflictivas”, indicó.
En ese sentido, recalcó la importancia del autocuidado y de evaluar oportunamente los riesgos emocionales que puedan generarse durante las celebraciones.
Cerrar el año con una mirada más compasiva
Respecto al balance emocional de fin de año, el especialista recomendó adoptar una actitud de autocompasión y realismo.
💬 “La autocompasión implica entender que uno hace lo mejor que puede con los recursos que tiene en cada momento. Mirar el año desde una perspectiva más compasiva permite valorar los logros alcanzados y también los desafíos enfrentados, incluso cuando no se cumplieron todas las expectativas iniciales”, explicó.
Este enfoque, agregó, facilita un cierre de año más sano y emocionalmente favorable.
Recomendaciones para cuidar la salud mental en estas fiestas
Desde el Servicio de Salud Maule, se entregan las siguientes recomendaciones para enfrentar de mejor manera el periodo de Navidad y Año Nuevo:
🧠 Reconocer el estado emocional propio: identificar cómo se siente cada persona antes de las celebraciones y validar esas emociones, sin exigirse estar bien o feliz.
🎯 Ajustar expectativas: comprender que no todas las fiestas son ideales y que está bien vivirlas de manera distinta a lo esperado.
🚦 Poner límites saludables: definir con anticipación cuánto tiempo permanecer en reuniones familiares o sociales y bajo qué condiciones.
🗣️ Expresar emociones: conversar con personas de confianza sobre cómo se siente, evitando guardarse el malestar.
🛑 Moderar el consumo de alcohol y otras sustancias: el consumo excesivo puede aumentar la impulsividad y el malestar emocional.
🤝 Cuidar los vínculos: priorizar relaciones que aporten contención y bienestar, evitando situaciones que generen conflicto.
🕰️ Respetar rutinas básicas: mantener horarios de sueño, alimentación y descanso en la medida de lo posible.
🆘 Pedir ayuda a tiempo: buscar apoyo profesional ante señales de alerta como angustia intensa, aislamiento, ideas de muerte o desesperanza persistente.
Dónde pedir ayuda
El Servicio de Salud Maule recordó que existen distintas alternativas de apoyo disponibles en la red pública:
Atención Primaria de Salud (APS): CESFAM y centros de salud familiar.
Salud Responde: orientación profesional las 24 horas.
*4141: línea telefónica de apoyo en prevención del suicidio, especialmente dirigida a jóvenes.
“La salud mental es una prioridad. Estos espacios de encuentro con familia y amistades deben ser resguardados para que sean significativos y protectores”, concluyó el Dr. Navia.
Finalmente, el Servicio de Salud Maule llamó a la comunidad a priorizar el autocuidado emocional y solicitar apoyo profesional cuando sea necesario, recordando que la red pública de salud cuenta con alternativas de atención y acompañamiento.







