Desde sus inicios, la nanotecnología ha generado impactos positivos en el tratamiento de células cancerígenas, en el desempeño de paneles solares y en la sanitización del agua y la tierra. Su utilización en nuestro país se ha venido instalando en diversas industrias y áreas de estudio para promover soluciones, que van desde la medicina hasta el medio ambiente.
Sin embargo, en Chile es poco lo que se ha investigado sobre la utilización de nanoburbujas, que es una burbuja de un tamaño nanómetrico, es decir, que mide la milmillonésima parte de un metro y tienen dos propiedades fundamentales: a diferencia de las burbujas de tamaño normal, las nanoburbujas permanecen mucho más tiempo en el agua debido a su pequeño tamaño. Al achicarse, aumentan la presión interna, lo que genera una carga eléctrica muy fuerte fuera de ésta, lo que entrega diversos beneficios dependiendo el ambiente donde se aplique.
Es por esto que Kapicua, empresa de Grupo Laevo, pionera en investigación y desarrollo de nanoburbujas y principal distribuidora de esta tecnología, ha impulsado diversas investigaciones relativas a sus importantes efectos en la agricultura.
Entre sus conclusiones destaca que su utilización aumenta el crecimiento de los cultivos agrícolas y suprimen el desarrollo de patógenos que afectan las raíces, favoreciendo la microbiología benéfica del suelo. ¿Cómo? La emisión de burbujas libera una gran cantidad de radicales libres que permiten eliminar virus, parásitos y bacterias de los cultivos.
Las nanoburbujas de oxígeno permiten aumentar el crecimiento de los cultivos agrícolas y suprimir el desarrollo de patógenos que afectan las raíces, favoreciendo la microbiología benéfica del suelo. Además, mejoran naturalmente la sanidad, calidad, limpieza, uso del agua y sistemas de riego. Por ejemplo, con las nanoburbujas se genera hasta un 25% de ahorro de agua en lechugas, manteniendo el estándar comercial.
La evidencia muestra que en arándanos su calibre aumenta un 18% y en tomates la productividad se eleva un 14%. Junto con esto, la utilización de nanoburbujas permite un ahorro de agua en la producción de lechugas y la mejora en la calidad de las frutas, además de optimizar en general los procesos de producción. Esto, porque las burbujas activan las raíces y hacen más eficiente la conducción de nutrientes vía radicular. Además, no utilizan químicos y funcionan a través del riego. La agricultura nacional está generando grandes cambios a través de la utilización de nanoburbujas, logrando cultivos más saludables, aumentando su rendimiento y disminuyendo el consumo de productos como fertilizantes, logrando el uso eficiente del agua, lo que genera una mejora en la productividad de frutas y hortalizas.
Desde 2018, Kapicua, división de Grupo Laevo y especialista en tecnología agroindustrial sostenible, comenzó a trabajar con la empresa líder mundial en nanoburbujas, Moleaer, para validar la tecnología de nanoburbujas de oxígeno en la agricultura de Chile y América Latina.
Kapicua trabaja con áreas de investigación agrícola en Universidad de Talca, Bernardo O’higgins y Universidad de Chile, además de productores agrícolas relevantes en la industria.
Para más información visita: https://www.grupolaevo.com/nanoburbujas