El 21 de enero comenzamos el año con una gran noticia, la presentación del gabinete que acompañará al presidente electo Gabriel Boric y donde se conoció el nombre de Antonia Orellana futura ministra de la Mujer y Equidad de Género. Ella es conocida dentro del movimiento feminista y nos presentó los venideros desafíos de nuestro país respecto de los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales, siendo imposible no proyectar el desafío que se asumirá también desde la Región del Maule en la materia.
Producto de la crisis sanitaria que ha remecido al mundo se ha dejado en clara evidencia como las mujeres han sido las principales afectadas recayendo en ellas los cuidados de las familias. Muchas optaron por dejar sus trabajos y dedicarse a los cuidados de sus hijas e hijos, e incluso al cuidado de los adultos mayores, al ser parte de las edades de mayor riesgo. Así, la pandemia disminuyó el porcentaje de participación laboral femenina que marcó un 37,6% en nuestra región, lo que constituye un retroceso gravísimo de la mujer en el mundo del trabajo. Tenemos para 2022 un tremendo desafío en la integración laboral de las mujeres, para ello se pretende alcanzar una inserción laboral de al menos 500.000 nuevos empleos femeninos a lo largo de todo Chile, especialmente en regiones como el Maule.
Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres fueron también una de las áreas más afectadas, debido a la dificultad de realización de exámenes de mamas, dificultades en la entrega de MEC y el alto porcentaje de cesáreas en la región (llegando en este al 93% durante el año 2021 entre los meses de enero a mayo). Habrá aquí un alto esfuerzo intersectorial para resguardar a las mujeres maulinas en estos años que vienen.
El nuevo Gobierno establece en su programa: garantizar el acceso a la anticoncepción en la atención de salud primaria (APS) viéndose beneficiadas un alto porcentajes de mujeres. A lo anterior se agrega establecer políticas que promuevan la distribución de métodos de contención menstrual, tales como, toallas higiénicas y copitas menstruales, y dispensadores de anticonceptivos de barrera interna y externa en todos los CESFAM. Creándose además un protocolo para mujeres privadas de libertad en términos de derechos sexuales. Ninguna mujer debe quedar atrás, el desafío es garantizar sus derechos básicos de forma decidida en el Maule.
Durante el año 2021, nuestra región tuvo un aumento de un 80% en las derivaciones por violencia hacia la mujer. Se cerró el año con los femicidios de Rosa Francisca Millanao Chule, Jocelyn, María de Jesús Bermúdez Fuentes y Jessica Angelina Ortiz Cisternas, mujeres cuyas familias exigen justicia. Se trata de una realidad presente en nuestro país y que, el Gobierno de Gabriel Boric, se ha comprometido a enfrentar impulsando un proyecto de ley integral sobre la violencia hacia las mujeres, generando políticas públicas para la prevención de la violencia y que permitan el derecho a una vida libre de agresiones de cualquier naturaleza. En el Maule debemos garantizar una rápida y eficaz ejecución de esta ley una vez publicada, especialmente con una perspectiva rural.
A su vez, la población LGBTIQ+ es víctima de un patrón de violencia estructural en nuestro país y el Maule no es ajeno a esta realidad. Según datos de 2021 nuestra región es la quinta en concentración de casos de violencia contra las diversidades sexuales, registrando un aumento del 26,6% de casos de este tipo durante dicha anualidad.
Tenemos el desafío de impulsar la construcción de una región sin violencias contra las mujeres y las personas LGBTIQ+, la tarea es enorme pero hay confianza en que un gobierno fuertemente comprometido con el bienestar y los derechos humanos es la clave para construir un Maule en el que todos y todas se sientan parte.