El mes de julio fue el más cálido de las últimas siete décadas, fenómeno producido por el cambio climático que se suma a los 12 años de sequía que enfrenta Chile. El meteorólogo y académico de la Escuela de Ciencias del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Miguel Fernández, manifestó que “esto afecta directamente a la agricultura, puesto que genera desconcierto en la floración de algunas especies, también afecta a los pocos glaciares que van quedando en la cordillera y a la cantidad de nieve que se logra acumular. Esto redunda fuertemente en el abastecimiento de agua”.
Además, agregó que en las zonas rurales la población principalmente se abastece de pozos de agua los que se están secando: “se ha hecho un trabajo importante en tratar de abastecer el agua potable a las grandes ciudades, pero se debe considerar que el problema en las zonas rurales también es preocupante”.
“Sin duda que julio sea el año más cálido de los últimos 72 años es bastante significativo. Hay que recordar que estamos en invierno y las temperaturas que se han registrado con casi de verano. Eso genera impacto en la nieve sobre la cordillera, la que se derrite con mayor rapidez y la poca nieve que se pueda acumular no alcanza a permanecer mucho tiempo y se convierte en agua deslizándose por las distintas quebradas de la cordillera”, comentó Fernández.
El académico de la PUCV agregó que “a esto se suma la prolongada sequía que ha generado que la cantidad de agua caída que han registrado las estaciones de la zona central ha sido muy por debajo de lo normal y es una sequía que se ha ido acumulando y acumulando y que va a tener un impacto fuerte en la agricultura y en el abastecimiento de agua potable”.