“La merluza común ha transitado siempre entre el agotamiento y la sobreexplotación desde que la autoridad empezó a publicar estos informes”, aseveró César Astete, Director de la Campaña de Pesquerías de Oceana Chile, quien comentó además que “a estas alturas el programa para recuperar esta especie ya debería estar elaborado y en implementación, pero desgraciadamente aún no hay avances sustantivos”.
De acuerdo al último reporte “Estado de situación de las principales pesquerías chilenas” del año 2020 publicado recientemente por Subpesca, la merluza común mantuvo su estatus en “sobreexplotación, pero con algún riesgo de agotarse», al igual que en los últimos años. A pesar de lo anterior, las cuotas de pesca han ido en aumento cada año, mientras aún no se han resuelto los problemas asociados a los efectos de la pesca de arrastre de fondo y de la pesca ilegal por señalar algunas problemáticas que afectan a la merluza común.
Si bien la ley establece que todas las pesquerías en estado de sobreexplotación y colapso deben tener un programa de recuperación, en la práctica ello no ha ocurrido por el lento avance de la Subpesca en el trabajo con los Comités de Manejo.
Actualmente la Cámara de Diputadas y Diputados discute un proyecto que puede dar una de las tantas respuestas que requiere la recuperación de la merluza común, donde se analiza la eliminación de la pesca de arrastre de fondo como método de captura por parte del sector industrial. “Esperamos que el Congreso avance en esta materia pues el estado de fragilidad de la merluza común es crítico y se necesitan señales claras» indicó Astete.
Como parte de las propuestas que la ONG Oceana ha planteado para la recuperación de la merluza común se encuentran la eliminación de la pesca de arrastre de fondo, la extensión de la veda a todo el periodo reproductivo de la especie, el manejo espacial que permita el resguardo de las zonas de reproducción y mejorar los sistemas de fiscalización para abordar la pesca ilegal. Además, propone generar un registro de comercializadores e intermediarios que permita saber quiénes componen la cadena de valor asociada a esta pesquería tan emblemática. Muchas de estas propuestas podrían ser abordadas en un programa de recuperación, medida que ha demostrado buenos resultados a nivel internacional.
Qué más dice el reporte
El informe analizó la situación de 44 pesquerías haciendo una distinción y enfoque especial en 27, de las cuales 5 siguen agotadas, 9 sobreexplotadas, como la merluza austral y el bacalao de profundidad, mientras que 12 están en plena explotación y 1 subexplotada.
Al igual que en años anteriores, en las restantes 17 pesquerías como, por ejemplo, el erizo rojo, el loco, las algas pardas, entre otras, se evidencia la inexistencia de datos para determinar el estatus lo que se ha transformado en un importante obstáculo para avanzar en la conservación de ciertas especies.
Mantener el informe solo para algunas pesquerías limita el acceso a la información de la sociedad civil y demuestra la brecha que existe en materia de transparencia. En Chile se comercializan a pequeña, mediana y gran escala cerca de 200 especies que representan el sustento de comunidades costeras a lo largo del país.