De una u otra forma todos los chilenos hemos sido afectados por la mala calidad de la educación escolar. Hoy día a nadie le sorprende que los liceos emblemáticos, cuna de grandes profesionales chilenos, hayan sido tomados por un grupo de delincuentes y tampoco que cada año los alumnos de las escuelas públicas asistan menos días a clases.
Hechos como estos redundan en el deterioro progresivo del aprendizaje que reciben los niños y jóvenes chilenos y así vemos con perplejidad, cada vez más lejano el día en que las autoridades tomen acciones de fondo orientadas a mejorar la calidad de la educación escolar.
Insistir demandando a la clase política que revierta esta triste realidad resulta infructuoso debido a una percepción cortoplacista enfocada en las próximas elecciones, lo que les dificulta mirar hacia el futuro e invertir en proyectos de largo plazo.
Adicionalmente la rotación de los gobiernos cada cuatro años provoca que la política educacional sufra modificaciones que le impiden mantener una estabilidad en el tiempo. Por estas razones entre otras, la solución para lograr una educación escolar de calidad en Chile pasa por la creación de un organismo supra gobierno.
En estos días se está dando comienzo a un segundo proceso para generar una nueva Constitución Política de la República de Chile, el cual debemos enfrentar como una oportunidad para reflejar en ella la importancia de la educación escolar dado que representa una solución real para terminar con la pobreza, permitir que nuestros hijos puedan realizar sus proyectos de vida y que el país pueda contar con los profesionales que necesitará en el futuro.
Esta propuesta plantea que sean las organizaciones de la sociedad civil, léase fundaciones de educación, gremios empresariales, universidades, padres, profesores y medios de comunicación quienes, conscientes de la trascendencia del tema, sugieran una recomendación concreta para ser incorporada en la constitución.
El artículo propuesto debe considerarse como complementario a otros relacionados con la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a escoger el establecimiento de aprendizaje de sus hijos, y tendrá el siguiente tenor:
Mantener un organismo autónomo colegiado de carácter técnico-educativo, denominado Consejo de Educación Escolar, con presupuesto propio, cuya organización, composición, funciones y atribuciones se determinarán a través de una ley orgánica constitucional.
Para cumplir este rol, el consejo debe ser una autoridad autónoma en materias relacionadas con la administración del sistema escolar y la encargada de la educación preescolar y escolar. Su objetivo es desarrollar una educación integral, diversa, con valores, bilingüe, orientada al futuro y aplicando metodologías de clase mundial. Bajo su jurisdicción estarán las escuelas públicas y privadas y la educación de adultos.
Las universidades e instituciones de educación superior dependerán directamente del ministerio de educación.
Esta es la gran transformación que Chile necesita. Se requiere que personas como tú respalden esta iniciativa y la difundan con sus cercanos, con el objeto que sea incorporada en la propuesta de la nueva constitución.
Daniel de la Maza Ríos
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Ingeniero Comercial UC
Magister en educación escolar de calidad
Fundador de colegio privado en la comuna de Peñalolén