Cada 20 de marzo, desde 1985, se celebra el Día Mundial Sin Carne, impulsado por el movimiento FARM (Farm Animal Reform Movement) con el objetivo de dar a conocer la alimentación basada en plantas y así promover opciones alimentarias que respeten a todos animales. Aunque su origen se sitúa en los derechos animales, lo cierto es que existen muchos beneficios, tanto para el planeta como para la propia salud al eliminar la carne y productos de origen animal de la dieta.
La nutricionista Paula Lobovsky, presidenta de la Asociación Chilena de Nutricionistas Vegetarianos, Achinuv, detalla que “reducir y eliminar todo tipo de carnes, incluyendo no solo la carne roja, sino también las blancas y pescados, puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y colesterol alto”.
La especialista explica que todos los productos de origen animal tienen en algún porcentaje colesterol, que es conocido por aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares, diabetes, infartos y aumentar la presión arterial. “Sumado a eso, en 2015, la Organización Mundial de la Salud, declaró que carnes procesadas como jamón, hamburguesas y vienesas, aumentan el riesgo de cáncer colorrectal, si se consumen más de tres veces por semana, por lo que se encuentra en el grupo cancerígeno 1. Por ende, reducir y eliminar su consumo, siempre traerá beneficios”, agrega.
Además, al evitar la carne, también se reduce la exposición a antibióticos y hormonas utilizados en la cría de animales, explica la presidenta de Achinuv. Por otro lado, las proteínas vegetales tienden a proteger la función de los riñones y reducen el riesgo de cáncer colorrectal, gracias a la fibra y antioxidantes que contiene.
Además, quienes dejan de consumir carne también notan cambios significativos en poco tiempo. Según la Encuesta Oficial de Veganuary 2023, que se realiza a los participantes de la campaña luego de seis meses de haber probado el veganismo por un mes, un 62% de quienes mantuvieron una dieta vegana han visto mejoras en su salud, entre ellas: aumento de energía (58%), mejor estado de ánimo (57%), mejoras en la piel (51%) y cambio deseado en el peso corporal (43%).
El mismo sabor, pero con menor impacto
Para la producción de una hamburguesa de carne se requieren 2.400 litros de agua. Si esto lo comparamos con otra fuente de proteínas como las legumbres, podemos señalar que un kilo de lentejas solo necesita 50 litros de agua para su producción. La comparación de la huella hídrica de los productos de origen animal versus los de origen vegetal es enorme. Ahí radica la importancia de iniciativas como el Día Mundial sin Carne.
Actualmente existen muchos sustitutos vegetales disponibles en el mercado que, en textura y sabor, imitan a los productos cárnicos, pero con un impacto medioambiental y en los animales mucho menor; o bien productos vegetales que a través de diferentes preparaciones o procesos pueden imitar a la carne, tales como el seitán, el tofu o incluso las legumbres, en preparaciones como hamburguesas.
Mauricio Serrano, director de Veganuary Latinoamérica explica que “la verdad es que muchas de las personas que llevan o quieren llevar un estilo de vida vegano no lo hacen porque no les gusta la carne, lo hacen porque no quieren generar impacto negativo en los animales, el medioambiente o su propia salud”. Y respecto a las opciones que ofrece actualmente mercado, agrega que, “si a una persona le gusta la carne, pero no le gusta el sufrimiento animal, tiene la opción de comer productos similares, pero que no sean de origen animal, como hamburguesas, salchichas u otros productos, que cada vez son más parecidos a los que consumías anteriormente. Entonces, qué mejor que seguir comiendo lo mismo, pero sin afectar a otros”, declaró.
Romina Moncada, creadora de contenido conocida como Vegana con Castañas en Instagram coincide y agrega que “muchos de quienes dejamos de consumir animales lo hicimos por una convicción que se mueve mucho desde la empatía o el deseo de justicia, no necesariamente porque no nos gustara comer animales, sino porque consideramos que no era lo correcto”. Desde esa perspectiva, agrega, “entiendo que, para muchos, en mi caso no es la carne, pero si otras cosas como los lácteos o el queso, al volverte vegano significa dejar a atrás mucho más que la comida, mucho más que los alimentos, significa dejar atrás experiencias, emociones y recuerdos que tenemos en torno a esos platos y creo que la existencia de estas alternativas (sustitutos vegetales de la carne) nos llena el corazoncito un poco más”.