Ha sido –¡qué duda cabe! – la mejor reflexión del presidente Sebastián Piñera en mucho tiempo: “No estamos sintonizando con las demandas y anhelos de la ciudadanía”. Por ello, en su análisis de las elecciones en la noche del domingo, dijo a modo de conclusión, que se necesita “una profunda reflexión del gobierno y de todas las fuerzas políticas tradicionales”.
El año y siete meses transcurridos desde el “estallido social” de octubre de 2019 a los recién realizados comicios es, en términos históricos, el tiempo de un suspiro. Pero, para quienes lo vivimos, es un tiempo de interrogantes que sólo ahora empiezan a despejarse.
Todavía es imposible saber con certeza qué pasó, por qué pasó y qué nos espera. En esta segunda quincena de este revuelto mes de mayo, recién empiezan a esbozarse los análisis, Muchos, sobre todo los referidos a las primarias, marcados por la urgencia de los plazos, están en plena revisión.
Como el mejor resultado de constituyentes lo obtuvieron los independientes, ya hay voces que hablan de la posibilidad de que se organicen como partido político lo que no parece razonable: obviamente no todos los independientes comulgan con las mismas ideas. Pero, además, hay que tomar en cuenta un hecho evidente: su elección es el resultado del cansancio frente a los partidos políticos. Por lo tanto, no tiene sentido tratar de convertirlos en lo que no son ni quieren ser. Lo que procede es incentivarlos a desempeñar el histórico papel que deben asumir. Y, simultáneamente, ayudar a las colectividades tradicionales a que revisen a fondo su actuación en los últimos años y los motivos por los cuales la ciudadanía no votó por ellos o simplemente se abstuvo.
En este análisis no se debe excluir el papel de las redes sociales ni la crítica a los medios tradicionales. Si olvidamos que la información es esencial en un proceso de cambios democráticos, se pueden cometer graves errores,
En este análisis es necesario también insistir en que la elección del domingo mostró la persistencia de algunos valores fundamentales. El perturbador estilo de algunos personajes como Pamela Jiles mostró que sus seguidores no coinciden con los de la mayoría.
En este sentido, el análisis del alcalde reelecto de Recoleta, Daniel Jadue, es lapidario.
Afirmó que “Pamela Jiles ha hablado de toda la clase política como una clase política miserable, ha basureado a todo el mundo, no sabe si es de izquierda o de derecha y le tengo una mala noticia, parece que los nietos no votan”.
Como lo demuestra la confusión de buena parte de la llamada clase política, el reproche deberían asumirlo muchos otros personajes y sectores, Hay mucho más que analizar en este momento. Lo principal sigue siendo el gran desafío de nuestra sociedad ante los cambios profundos que estamos viviendo, empezando por el papel de la mujer, las cuestiones ambientales, el regionalismo y el sentido de la educación. Lo que viene debe ser una revisión profunda del modelo que impusieron los Chicago boys al amparo de la dictadura.
Y hay más.
Abraham Santibáñez
Premio Nacional de Periodismo