Si fuera la protagonista de un cuento de hadas, en su cuna le habrían anunciado que, antes de cumplir 60 años, se convertiría en la figura más comentada de la política chilena.
El 30 de noviembre Pamela Jiles cumplirá seis décadas de vida, consagrada por la encuesta Plaza Pública de Cadem con el 65 por ciento de aprobación ciudadana.
El mismo sondeo, frente a la pregunta: “¿Quién le gustaría a Ud. que fuera la o el próximo presidente/a de Chile?”, sitúa a Joaquín Lavín como el favorito, con un 10 por ciento de las menciones, seguido por Daniel Jadue, con un 7 por ciento, luego Evelyn Matthei, con un 5 por ciento y a Pamela Jiles y Beatriz Sánchez, ambas con un 4 por ciento.
Su espectacular crecimiento todavía no se traslada a una eventual carrera por la presidencia. Pero ello es un tema en evaluación, según la periodista Patricia Schüller quien reprodujo una cita de Pamela Jiles:
“Si los políticos tradicionales y, sobre todo, de la oposición se siguen dando vueltas como ‘mojones en el agua’ voy a tener que ser candidata”. Sus condiciones para decidirse, especificó, son que los opositores se pongan de acuerdo “en ganarle a la derecha” y que su pareja, Pablo Maltés no sea elegido gobernador. En ese caso, “la “abuela” (ella misma), entra en la presidencial”.
En febrero de 2009 ya había anunciado en The Clinic, que aspiraba a la presidencia dado que “somos millones los Jiles”.
Como periodista, Pamela Jiles tuvo un notable desempeño bajo la dictadura. No hay duda de que una fuente de inspiración es su propia abuela, Elena Caffarena. Incansable luchadora por el voto femenino creó el Movimiento pro Emancipación de las Mujeres de Chile, Memch. Cercana al Partido Comunista, nunca militó, como si lo hizo su marido, el abogado, igual que ella, Jorge Jiles. En la práctica sufrió los efectos de la Ley de Defensa de la Democracia (“Ley Maldita”) que la privó de sus derechos políticos por un tiempo.
En la revista Punto Final, Pamela Jiles explicó su admiración: “Mi abuela es, ciertamente, una especie de abuela universal; la matriarca de un mundo progresista que a veces parece invisible, el modelo de cientos de feministas en Chile y otras comarcas, un monumento del Chile republicano aquel, en que fueron pocas las intelectuales “de buena familia” que entregaron sus talentos y capacidades a una opción nítida por los pobres y la justicia social. Elena Caffarena de Jiles es la abuela de todas y de todos los luchadores chilenos”.
Los analistas coinciden en que la popularidad de Pamela Jiles se multiplicó gracias al segundo proyecto de retiro de fondos previsionales. Cuando se aprobó el primer retiro protagonizó un sorprendente ballet: “Cómo se los prometí, Nietitos, ganamos y corrí como Naruto, con plumas y pashhhhmina arriba de los ministros Blumel, Alvarado, Briones y Monckeberg y les zapatié y les bailé nuestro triunfo en sus caras”.
Ahora, sin embargo, ha surgido la duda de cómo celebrará un eventual segundo triunfo. El diputado Karim Bianchi la cuestionó duramente porque sostiene que el verdadero autor del nuevo proyecto de retiro de fondos es él. Según su versión, ella presentó el suyo unos días después y lo invitó a firmarlo, diciéndole: “Mira, yo quiero ser la autora”.
Sólo queda esperar cómo se resolverá el dilema ahora que también entró a terciar el gobierno. Claramente no es un cuento de hadas.