Así lo informó el agroclimatólogo y académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (Citra) de la Universidad de Talca, Patricio González Colville, quien añadió que, “además, el exceso de agua genera hipoxia, es decir, la falta de oxígeno en el suelo y ello produce una pérdida de calidad en la cereza, que la deja fuera de los mercados”.
El especialista precisó que, “estas lluvias están asociadas al citado fenómeno que, en este caso, ha tenido dos características principales, primero que ha sido inusualmente fuerte, con lluvias de hasta 40 milímetros, como ocurrió el 28 de octubre, y 30 milímetros el 10 de noviembre en Curicó y, en segundo lugar, Fenómeno de El Niño comenzó tarde, en junio, lo que afectó a la primavera con precipitaciones”.
González Colville informó que, si bien se están haciendo las evaluaciones posteriores a las lluvias, se estima que la pérdida en la producción de cereza esté entre el 20 o 30%, siendo la Provincia de Curicó la zona más afectada. “La cereza mojada provoca un efecto colateral en los productores, quienes deben invertir en helicópteros y demás instrumentos o herramientas para secar la fruta y evitar mayores pérdidas. Por desgracia este evento, especialmente en esta fruta ha sido un desastre para su producción”, sentenció.
“En el caso de la uva, también es preocupante, porque la próxima semana subirán las temperaturas y por tanto la mezcla de humedad y calor puede generar hongos como la botrytis y eventualmente mildiu, es decir un desastre ecológico producto de estas lluvias extemporáneas por el evento El Niño, que no habíamos visto en los últimos 15 años”, añadió el especialista.
Se espera que el viernes 17 de noviembre pase un nuevo sistema frontal en la Región del Maule, que deje lluvias entre los 10 y 12 milímetros, situación que nuevamente pone en riesgo al mercado frutícola.