Fin de la Unión Soviética: Tras la caída de la URSS, en 1991, Ucrania logró su independencia, pero surgieron divisiones internas. Por una parte, los sectores partidarios de una integración con occidente y, por otro, aquellos más cercanos a Rusia, país que siguió manteniendo una influencia en los ex miembros del bloque soviético y que vio amenazado su anhelo de un liderazgo euroasiático, que sin Ucrania se hacía imposible.
Adhesión de la Península de Crimea a Rusia: Este territorio es clave por su salida al Mar Negro, allí se encuentra la ciudad portuaria de Sebastopol. En la era soviética pertenecía a Ucrania y tras la disolución de la URSS, la península se estableció como una república autónoma, pero Sebastopol continuó bajo administración ucraniana. El escenario cambió en marzo de 2014, con la ocupación y posterior adhesión de esta zona a Rusia a través de un referéndum cuestionado por la comunidad internacional.
Intención de Ucrania de ser miembro de la OTAN: La Organización del Tratado del Atlántico Norte es una alianza militar intergubernamental que se rige por el Tratado del Atlántico Norte, firmado en 1949, que establece un sistema de defensa colectiva entre los países miembros en caso de ser atacados por una potencia externa. Ni Rusia ni Ucrania pertenecen a este bloque, pero existen intentos ucranianos desde 2008 para adherirse, lo que genera discrepancias con Rusia y la población prorrusa en territorio ucraniano.
Independencia de Donetsk y Lugansk: Militares prorrusos tomaron control de estas provincias del este de Ucrania en 2014, ubicadas en la zona del Donbás, proclamando su independencia, la que no había sido reconocida por ninguno de los dos países. Esto hasta el lunes 21 de febrero, día en que el presidente ruso Vladimir Putin los reconoció como estados independientes.
Envío de tropas rusas a la frontera con Ucrania: En 2021 comenzó el despliegue de tropas rusas a zonas fronterizas de Ucrania y de la península de Crimea, lo que se ha intensificado hasta desatarse los ataques registrados durante la jornada del 24 de febrero, que tuvo como respuesta que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, anunciara romper las relaciones diplomáticas con Rusia.
¿Ya podemos hablar de guerra? Para Cristian Medina, “el conflicto bélico está desatado desde el momento en que Putin invadió Ucrania. A esto se suman las medidas económicas del presidente estadounidense Joe Biden, sin precedentes en la historia del mundo moderno, las que tienen por finalidad dejar sin opciones a Rusia. Sin embargo, el juego de cartas todavía está abierto, porque es un proceso en desarrollo y muy dinámico. Esperamos que, por el bien de la humanidad, finalmente se pueda concluir el conflicto”.