A estas alturas del año el cuerpo resiente el cansancio acumulado. Cuesta más levantarnos en las mañanas, llegamos con poca energía a trabajar, nos agobian las preocupaciones y la presión final nos irrita más de lo normal. Y aunque la mayoría espera las fiestas de fin de año, para otros conlleva angustia que desencadena en el temido estrés, una de las principales preocupaciones para el Instituto de Seguridad Laboral (ISL) en términos de salud mental.
De acuerdo a lo que explica María Soledad Elizalde, experta psicosocial del ISL, el estrés de fin de año “es un patrón de respuesta distinta a lo habitual, ya que diciembre es interpretado como una situación altamente exigente o amenazante, que requiere de un esfuerzo adaptativo importante y de una respuesta eficiente”, cuando la persona siente o anticipa que no logrará abordarla con sus recursos psicológicos habituales de enfrentamiento, se siente “sobrepasada”.
Asimismo, recordó que uno de los principales temas relacionados al estrés financiero tiene que ver con las expectativas de la celebración: “hay una cultura en la cual se establece que para celebrar tenemos que gastar. Lo cual, no es así necesariamente”.
“Hay familias que tienen el hábito de hacer los regalos para el resto de los miembros de la familia donde se juntan y contribuyen todos a la cena; y distintas formas de organizar este tipo de eventos de celebración que no impliquen ostentar ni gastar más de lo que se tiene, para que justamente no contribuya al estrés financiero que ya tiene la población chilena producto de sus niveles de endeudamiento”, dijo.
Otra de las consideraciones que la experta psicosocial destacó, es que en estas fechas se hace un balance del cumplimiento de metas “también en lo personal genera presión por rendir, lo que aumenta la ansiedad que puede perturbar el buen desempeño y conllevar a una sensación de inefectividad, que incrementa aún más la ansiedad, apareciendo temor a fracasar, sufrir, defraudar, etc.”.
¿Cómo saber si sufre de estrés?
Como organismo administrador público del Seguro contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, la prevención es una tarea del ISL. En tal sentido advierten que todos los días estamos expuestos a cierto estrés y se debe considerar que en sí mismo no es algo negativo.
“Una cantidad adecuada puede ser incluso necesaria para activarnos y motivarnos al logro de ciertas metas u objetivos”, lo que produce que exista una mayor activación de los sistemas nervioso, inmunológico, neurológico, entre otros.
Esta época tiene asociados varios eventos que, si bien los conocemos, nunca sabemos cómo pueden salir y eso puede ser causante de estrés. Pero hay síntomas más específicos a los que es necesario poner atención, como por ejemplo el dolor de cabeza, tensión o dolor muscular, malestar en el pecho, cansancio, cambio en el deseo sexual, malestar estomacal (diarrea o estreñimiento) y problemas de sueño.
¿Cómo debemos manejarlo?
Al llegar a fin de año, la psicóloga del ISL explica que es fundamental “regular nuestras expectativas, es decir, trazar metas realistas y a corto plazo, tomando en cuenta nuestras habilidades, recursos y posibilidades”. También es importante priorizar las actividades y alternarlas con otras de carácter recreativo y siempre valorar cuando se alcanza un logro o se cumple uno de los propósitos.
Sin embargo, advierte que hay que tener mucho cuidado con el tipo de meta que se traza, ya que “el error más común y que produce mayor estrés es cuando buscamos hacer todo lo que no se hizo durante el año con altas expectativas de éxito y la exigencia de efectividad”, que si no logra ser terminado, será percibido como incapacidad o inhabilidad, lo que representa “un peligro para la integridad de la persona”.
Desde el ISL explican que para poder realmente celebrar las fiestas de fin de año y evitar el estrés, debemos partir despacio y seguir las siguientes recomendaciones:
● Ser realistas en el tiempo que nos toma realizar cada actividad, incluir tiempos de descanso, comidas y traslado y organizar adecuadamente el tiempo y los horarios.
● Contar lo que sentimos y pensamos, al compartir lo que nos pasa nos ayuda a ser conscientes de nuestras emociones y a diferenciar una de otra.
● Aprender a decir que no, para no abarcar más de lo que realmente podemos cumplir.
● Bajar el nivel de exigencia de cara a las fiestas de fin de año.
● Hacer actividad física de forma regular.
● Mantener una dieta balanceada, rica en frutas y verduras y horarios regulares de comida. Una buena alimentación ayuda a tener mayor concentración y mejor rendimiento.
● Limitar el consumo de cafeína (café, té, bebidas, etc.), grasas y azúcares.
● Evitar fumar y eliminar la ingesta de alcohol.
● Evitar el uso de tranquilizantes.
● Usar la voluntad para mantener una buena actitud ante la vida: intentar ser optimista, flexible, tolerante, etc.
● Mantener expectativas realistas tanto de uno mismo como de los demás. Esperar demasiado puede conducir a frustración.