Grupo interdisciplinario del Laboratorio de Fitopatología de Frutales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias -INIA Quilamapu- impulsa, desde Chillán, estudios dirigidos a conocer, detectar y controlar la acción de los hongos de madera que afectan severamente producción de huertos frutales.
“Las enfermedades fungosas de la madera están aumentando día a día, debido a los cambios en el clima, a la fruticultura intensiva y al uso de plantas infectadas provenientes de viveros” expresó la investigadora de INIA Quilamapu, Daina Grinbergs, evidenciando un sostenido incremento de hongos que afectan y perjudican la productividad de árboles frutales en el país, durante los últimos años.
Grinbergs indicó que especialistas del Laboratorio de Fitopatología de Frutales de INIA Quilamapu, han centralizado su trabajo en aquellas patologías fungosas que afectan la madera y que son de difícil detección y control, como el plateado, cancro común, Calosphaeriosis y Eutipiosis. “Estas enfermedades presentan un desafío extra, ya que son muy difíciles de controlar. Los hongos viven al interior de troncos y ramas, donde no es fácil llegar con productos químicos o biológicos”.
La fitopatóloga agregó que para detener el avance de cualquier enfermedad, lo primero es conocer qué patógenos están afectando el huerto y cómo se comportan en las distintas zonas productivas, antes de iniciar cualquier tratamiento o aplicación de producto. En ese mismo sentido, el investigador y fitopatólogo molecular de INIA Quilamapu, Javier Chilian, sostuvo que es de vital importancia realizar un diagnóstico certero y temprano, antes de que se manifiesten los síntomas de la enfermedad. “Hemos incorporado técnicas que entregan resultados precisos y rápidos, de manera de facilitar el diagnóstico y establecer un plan de acción en el huerto”, explicó.
Diseminación de enfermedades en frutales
Es a través del viento que se diseminan las esporas de los hongos causantes de severas enfermedades en árboles frutales. Estas recorren largas distancias antes de caer al suelo o bien sobre sobre heridas existentes en los troncos o ramas de árboles. De existir heridas en ellos, como las resultantes de las podas, las esporas encuentran el lugar propicio para ingresar al interior de la madera e iniciar un ciclo de enfermedad. “Es por esta razón que resulta indispensable adoptar medidas de prevención, como la eliminación de restos de podas y maderas en zonas cercanas a los huertos, que pudieran servir de refugio de los hongos y fuente de proliferación”, resaltó la investigadora Grinbergs.
Microorganismos como forma de control
Es en el Laboratorio de Fitopatología de Frutales de INIA Quilamapu, en Chillán, donde se concentra la actividad científica desarrollada por un grupo multidisciplinario de profesionales, para estudiar y buscar alternativas de control de enfermedades de la madera producidas por hongos, que afectan la productividad y vida de cerezos, manzanos, arándanos, ciruelos, durazneros, vides y avellanos europeos, principalmente.
En este ámbito, la investigadora Daina Grinbergs explicó que “en el Laboratorio, además de estudiar la biología y métodos tradicionales de control, estamos desarrollando un inoculante microbiano endófito para el control de hongos de madera, el que, además de inhibir el crecimiento de los patógenos, desencadena la respuesta inmune de las plantas, constituyendo una alternativa de control biológico”. Agregó que una vez esté desarrollado y validado en su etapa experimental -lo que se está realizando gracias a un proyecto Fondef ANID- será puesto a disposición de productores y viveristas, con la finalidad de contribuir al control de enfermedades fungosas. “Son los microorganismos benéficos, los que estamos analizando para potenciar el control biológico de plagas, en resguardo de la calidad y sanidad agroalimentaria del país”, sentenció.
Congreso de Fitopatología
Cinco trabajos de investigación impulsados por el Laboratorio de Fitopatología de Frutales de INIA Quilamapu fueron presentados en el XXVIII Congreso de la Sociedad Chilena de Fitopatología (Sochifit), realizado recientemente en Concepción. El equipo conformado por Daina Grinbergs, Javier Chilian, María Eugenia Romero, Claudio Fernández y Mariana Isla, mostró avances y resultados entre sus pares, siendo reconocido el trabajo desarrollado por la investigadora Mariana Isla titulado “Sensibilidad in vitro de hongos de madera del cerezo a fungicidas”.
En términos gremiales se escogió la nueva directiva de Sochifit, resultando electa como vicepresidenta, la investigadora de INIA Quilamapu, Daina Grinbergs. El equipo quedó conformado, además, por Gonzalo Díaz (presidente); Miryam Valenzuela (secretaria) Eduardo Gálvez (pro-secretario); Paula Órdenes (tesorera); y Simón Navarrete (pro-tesorero).