La Cámara Nacional de Comercio (CNC) presentó los resultados del Informe “Observación de Malls Chinos 2025”, una investigación inédita que analiza el nivel de formalidad, cumplimiento normativo y condiciones sanitarias de los denominados “malls chinos” en el país, establecimientos que han proliferado en los principales centros urbanos durante los últimos años.
El estudio, desarrollado entre el 21 de agosto y el 24 de septiembre de 2025, incluyó observación directa en 62 recintos comerciales ubicados en la Región Metropolitana (85,5%), Atacama (4,8%), Antofagasta (4,8%) y La Araucanía (4,8%), con fichas de registro levantadas presencialmente a través de dispositivos móviles.
Según explicó la CNC, el objetivo fue recoger evidencia empírica sobre las prácticas de formalidad y el cumplimiento de la normativa sanitaria, tributaria y de rotulación de los productos, aportando datos verificables a una discusión que hasta ahora se ha basado en denuncias aisladas y percepciones generales. “Este estudio surge como respuesta a la creciente preocupación manifestada por los barrios comerciales y gremios de Arica a Magallanes, que han visto cómo este nuevo fenómeno les genera, en muchos casos, una competencia desleal frente a la cual aún no se observan resultados concretos de fiscalización por parte de las autoridades competentes”, afirmó José Pakomio, presidente del gremio.
Formalidad incompleta y brechas regulatorias
Los resultados evidencian un esquema de formalidad parcial que combina prácticas formales e informales dentro de un mismo espacio comercial. Solo el 38,7% de los locales observados exhibe patente comercial visible, mientras que un 50% no la muestra y en un 11,3% no se pudo comprobar su existencia. Entre los que sí presentan patente, la mayoría corresponde a copias plastificadas o fotocopias sin sello oficial, lo que plantea dudas respecto a su validez. Asimismo, aunque un 76% de los locales exhibe RUT, esto no garantiza que coincida con el nombre del local o con la razón social inscrita, lo que dificulta la trazabilidad tributaria.
La CNC advierte que este escenario confirma la existencia de “formalidad parcial”, donde algunos elementos visibles dan apariencia de cumplimiento, pero no se acompañan de un respaldo legal o fiscal efectivo. “Nuestro estudio revela que muchos de estos recintos operan bajo esquemas de formalidad parcial, donde no solo en algunos casos hay evasión, sino también riesgos para la salud y seguridad de los consumidores, además de una competencia desleal para el comercio establecido”, enfatizó Pakomio.
Productos falsificados y sin certificación
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la presencia de productos falsificados o de procedencia dudosa, detectada en un 45,1% de los locales observados. Las categorías con mayor presencia de marcas reconocidas, pero con sospechas de falsificación, son la perfumería (30,3%), los alimentos (30,3%) y los artículos de limpieza (27,3%), rubros en los que se constató falta de certificaciones o etiquetado en español.
Además, en casi todos los locales se venden productos sensibles como juguetes, cosméticos, artículos electrónicos y alimentos sin cumplir muchas veces los estándares mínimos de información al consumidor: Juguetes: el 91,9% de los locales los comercializa, pero solo el 49% presenta información en español. Artículos electrónicos: el 85,5% los vende, pero solo el 35,8% cuenta con código QR SEC y un 45,3% carece de instrucciones. Cosméticos: presentes en el 93,5% de los locales; solo el 67% tiene certificación ISP. Alimentos: el 80,6% los comercializa, pero solo el 52% exhibe resolución sanitaria. Artículos de limpieza: apenas el 23% cumple la norma chilena NCh 1477/2003. Alimentos para mascotas: solo el 34,5% cuenta con sello SAG.
“Debido a la baja fiscalización y al modelo de negocio, este estudio ha revelado una serie de falencias en relación con los productos que comercializan. Se han detectado productos falsificados, así como también la falta de etiquetados y certificaciones correspondientes en artículos sensibles como juguetes, electrónicos y alimentos”, detalló Pakomio.
Boletas, medios de pago y trazabilidad tributaria
El estudio también exploró el comportamiento de los locales frente a la emisión de boletas y el uso de medios de pago. El efectivo es aceptado en el 100% de los locales y las tarjetas de débito o crédito en el 98,4%, aunque muchas veces sin registro tributario válido. Durante la observación a terceros compradores, se constató que el 93,5% de las transacciones incluyó algún comprobante, pero el 6,5% no emitió boleta, y solo uno de cada cuatro consumidores que no la recibió la solicitó. En las compras directas realizadas por los observadores, el 85,5% de las transacciones en efectivo derivó en la entrega de boleta, aunque la mayoría eran manuales.
En los casos en que no se entregó, y esta fue solicitada, solo un tercio la recibió finalmente, mientras que en el resto hubo respuestas evasivas o negativas. “También preocupa que un 15% de las compras efectuadas no reciba boleta y que, al solicitarla, solo en un 33% de los casos se entregó. Esto no solo genera un perjuicio en la recaudación fiscal, sino también una desprotección de los consumidores respecto al ejercicio de sus derechos y garantías”, agregó el presidente de la CNC.
Ecosistema de informalidad y competencia desleal
El análisis interpretativo del estudio concluye que los llamados “malls chinos” operan bajo esquemas de formalidad incompleta, combinando prácticas formales e informales dentro de un mismo espacio. Si bien la mayoría acepta medios electrónicos y exhibe RUT, la falta de patentes visibles, el incumplimiento de certificaciones y la comercialización de productos falsificados demuestran un modelo híbrido que se ampara en la descoordinación institucional y en la baja frecuencia de fiscalizaciones. “La informalidad no solo afecta la competencia leal, sino que debilita la confianza en el sistema. Este estudio, parte del trabajo del Observatorio del Comercio Ilícito y Seguridad de la CNC, refuerza nuestra convicción de que el fortalecimiento institucional, la simplificación de trámites y la fiscalización eficiente son pilares esenciales para proteger el comercio de Chile”, sostuvo Pakomio.
Llamado a la acción y educación al consumidor
Al respecto, el presidente de la CNC señaló que “nuestro llamado es a fortalecer la fiscalización coordinada entre municipios, el SII, la Seremi de Salud, el SERNAC y Aduanas, para garantizar el cumplimiento de las reglas del comercio formal, las que deben ser aplicadas a todos, sin excepciones. Estos resultados nos recuerdan que resulta clave informar y empoderar a los consumidores sobre los riesgos de adquirir productos sin certificación y la importancia de exigir su boleta”, añadió.
Conclusión: un desafío estructural
El fenómeno de los malls chinos no es aislado ni marginal, es un informalidad parcial que se ha expandido con rapidez en el territorio nacional, aprovechando vacancias postpandemia y condiciones de arriendo favorables en zonas céntricas. La CNC destacó que el estudio forma parte de la línea de trabajo del Observatorio del Comercio Ilícito y Seguridad (OCIS), que desde su creación ha desarrollado investigaciones sobre contrabando, informalidad digital y tráfico de medicamentos falsificados, entre otras materias. “Este estudio viene a confirmar una realidad preocupante: los conocidos ‘malls chinos’ operan bajo esquemas de formalidad incompleta que vulneran la normativa vigente y ponen en riesgo a los consumidores”, concluyó Pakomio.







