Aparentemente la informalidad en el Maule dejó de ser una condición transitoria y se ha convertido en una estrategia estable y/o complementaria para generar ingresos de un número importante de familias. Así lo muestra el Informe “La Informalidad como Estrategia: Factores y Barreras del Emprendimiento Informal en la Región del Maule” desarrollado por el Observatorio Laboral de la Región del Maule (OLM), proyecto financiado por la Subsecretaría del Trabajo ejecutado por la Universidad Católica del Maule (UCM), en el marco de la Estrategia Nacional de Prospección Laboral y que compartió interesantes conclusiones ahondando en las motivaciones, barreras y características del emprendimiento informal aplicado en 21 comunas.
Según este estudio, la informalidad ocurriría producto del cruce entre varios factores estructurales, culturales y subjetivos, adoptando perfiles diferentes según edad, género, territorio y nivel educativo. El primer perfil del emprendedor informal en el Maule tiene una fuerte feminización por sobre el 80%, posee menores niveles educativos que otros sectores -un 36,4% con educación media incompleta- y con edades agrupadas mayoritariamente en dos grupos, los jóvenes de 20 a 29 años que buscan inserción laboral formal y adultos de entre 50 y 59 años que recurren a esta actividad como mecanismo de subsistencia.
Junto con destacar la profundidad metodológica del estudio del OLM que integró encuestas y entrevistas sobre una muestra por sobre los 200 casos, la Seremi del Trabajo y Previsión Social, Maribel Torrealba, indicó que “Este estudio nos muestra que la informalidad es una realidad y que si bien es cierto se arrastra históricamente en nuestra región del Maule, derivada de la matriz productiva que tenemos espacialmente en agricultura y comercio, entre otras. Lamentablemente involucra a muchas mujeres, jóvenes y adultos mayores, que son los grupos a los cuales les hemos puesto mayor atención, es por ello por lo que, se sigue avanzando en el congreso con el Subsidio Unificado al Empleo (SUE) que de aprobarse vendría a incentivar la contratación formal y promover el trabajo decente con seguridad social y protección del empleo justamente a estos grupos de interés y diagnóstico”, dijo.
De la misma forma, agregó la autoridad, “se fortalecen las políticas públicas para impactar en las regiones y apoyar la formalización, la capacitación y la generación de empleos de calidad, especialmente en zonas rurales y en sectores de alta vulnerabilidad. Nuestro compromiso es avanzar hacia un mercado laboral más inclusivo, con oportunidades reales para quienes hoy dependen del autoempleo y que requieren no solamente del apoyo del Estado para crecer y formalizarse, sino también de todos los empleadores con disposición a contratar por medio del SUE”, comentó.
“Por sobre un 90% de las y los participantes en este estudio declaran actividades unipersonales que financian sus actividades con ahorros propios (59,6%) y con ingresos que en su mayoría no superan los 200 mil pesos mensuales (56,1%). Eso nos indica que son estrategias de supervivencia o que son un complemento de ingresos formales”, comentó la directora del Observatorio Laboral de la Región del Maule, Irma Carrasco.
Claves para propiciar la formalización revisar título
Son dos las causas principales que declaran los emprendedores informales para mantenerse en dicha condición. En primer lugar aluden factores estructurales asociados al costo que implica la formalización misma, la complejidad burocrática y la falta de información clara y accesible. En segundo lugar, manifiestan motivaciones subjetivas como son la valoración de la flexibilidad horaria y la autonomía y la creencia de que la formalización no reporta beneficios tangibles. Para otras personas, la informalidad es una “forma de vida” ligada a la herencia de una “cultura de la informalidad” que la entienden como legítima y que al mismo tiempo implicaría un menor riesgo económico al desarrollarla.
Destaca además que un número no menor de personas que participaron en este estudio declaran tener una alta disposición a formalizarse, pero responden “no sé cómo” o “no puedo aún”. Un 56% no se formaliza argumentando barreras que son absolutamente superables y no ideológicas, como es contar con información clara y apoyo en dicho trámite. Otros factores que afectan negativamente la formalización de estos emprendimientos es la falta de asesoría técnica, el desconocimiento sobre las obligaciones tributarias, la desarticulación institucional, las brechas digitales y geográficas, especialmente críticas en zonas rurales.
El estudio concluye que la formalización solo será viable si se combinan incentivos económicos, acompañamiento técnico cercano y una simplificación real de los trámites. “Para ello se requiere coordinación entre instituciones, especialmente gobiernos locales, y una estrategia que destaque los beneficios de formalizar por sobre la fiscalización. Un enfoque integral y territorial permitirá que más emprendedores del Maule accedan a oportunidades y aporten a un desarrollo productivo inclusivo y sostenible”, concluyó la directora del OLM.







