En la Región del Maule —particularmente en ciudades como Talca, Curicó y Linares— el crecimiento del comercio local, la expansión del agroindustria, el aumento del retail regional y la diversificación de emprendimientos ha llevado a muchas pymes a importar directamente insumos, maquinaria agrícola, repuestos industriales y productos para la venta al detalle. Esta tendencia se ha visto impulsada por el auge del comercio electrónico, que permitió a negocios maulinos acceder a proveedores internacionales que antes estaban fuera de su alcance.
Sin embargo, esta apertura también ha traído desafíos: aumentos en los costos logísticos, mayores tiempos de espera en transporte terrestre, variaciones del dólar que golpean con fuerza a productores agrícolas, y dificultades para entender los procesos aduaneros. Para una región donde buena parte de la economía depende de la cadena productiva —el agro, las viñas, la fruticultura y el comercio mayorista— comprender con claridad cuánto cuesta realmente importar se ha vuelto clave para mantener márgenes de ganancia saludables y evitar sobrecostos inesperados.
En ese contexto, la digitalización de los pagos internacionales y la disponibilidad de servicios más transparentes aparecen como herramientas que pueden ayudar a las pymes maulinas a optimizar recursos y planificar mejor sus operaciones.
Importar productos a Chile: claves para entender los costos reales en un mercado más digital
El auge del comercio electrónico y la facilidad para operar digitalmente con proveedores internacionales ha impulsado a muchas personas y pymes chilenas a importar directamente productos desde el extranjero. Sin embargo, el proceso aún presenta barreras de conocimiento y costos variables que pueden afectar la rentabilidad de las operaciones.
Hace diez años, la oferta para realizar transferencias internacionales se limitaba a bancos y actores tradicionales de remesas que operaban con efectivo, altos costos y plazos extensos para recibir los fondos en destino. Hoy, el panorama es distinto: existen servicios digitales con tarifas más convenientes y transferencias que se concretan en minutos.
Aun así, para quienes nunca han hecho una operación de comercio exterior, el proceso puede resultar desafiante. Una vez superada esa primera barrera, “el proceso es bastante lógico y rutinario”, explican desde CurrencyBird.
Los sobrecostos que no siempre se ven
Entre los factores que más inciden en los sobrecostos figuran los fletes y la gestión aduanera. Si bien los impuestos como IVA, derecho aduanero y seguro son valores conocidos, los precios de transporte o de los agentes aduaneros varían según el proveedor.
El no contar con uno a tiempo puede significar gastos extra por almacenaje en bodegas portuarias.
Cuando el tipo de cambio altera los planes
La volatilidad del tipo de cambio también influye en los márgenes de ganancia. En un contexto donde la mayoría de las empresas chilenas opera en pesos, los cambios abruptos en el valor del dólar pueden alterar por completo la planificación financiera.
Entre las alternativas para mitigar ese riesgo se encuentran los mecanismos de cobertura, como los contratos forward o la compra anticipada de divisas, que permiten asegurar costos y evitar variaciones inesperadas.
El dólar, un rey que empieza a compartir su trono
“Por décadas, el dólar ha sido el rey indiscutido del comercio internacional. Esto ha generado un paradigma: si haces negocios con el extranjero, facturas en dólares. Es casi un acto reflejo para muchos exportadores y freelancers”, afirma Sebastián Cabezas, Content Creator de CurrencyBird.
Tecnología financiera: menos intermediarios, menos costos
El especialista sostiene que la tecnología financiera ha transformado este panorama, haciendo cada vez más viable operar en monedas locales y reduciendo los costos asociados al uso de divisas extranjeras.
La realidad ha cambiado drásticamente. Hoy es cada vez más fácil y eficiente operar con monedas locales. Esto significa que un freelancer chileno que le vende un servicio a una empresa en México puede recibir pesos mexicanos y convertirlos directamente a pesos chilenos.
“En la banca tradicional, las transferencias entre monedas suelen pasar por el dólar estadounidense, lo que provoca una doble o triple conversión que encarece la operación. Al operar directamente de peso mexicano a peso chileno, eliminamos ese paso intermedio, simplificando significativamente el proceso y reduciendo los costos asociados a las conversiones múltiples”, explica Cabezas.







