En la comuna de San Carlos, investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, evalúan el comportamiento de variedades y líneas experimentales de arroz, sometidas a innovador sistema de riego por goteo, tanto superficial como subterráneo, en lo que se constituye como una innovadora propuesta destinada a reemplazar las 22 mil hectáreas existentes en Chile, que históricamente han sido regadas por inundación.
Una de las imágenes más icónicas de la producción de arroz en cualquier parte del mundo, es la del cultivo inundado, en una suerte de piscinas rodeadas por pequeños muros o pretiles en medio de los cuales surgen y se desarrollan las preciadas plantas.
Tras 90 años de producción comercial de arroz en Chile, este tradicional sistema de riego podría llegar a su fin, como consecuencia de la escasez de agua disponible que, en periodo de máxima demanda (enero y febrero), se ha reducido entre 25 y 30 % en la última década.
En este escenario, investigadores del INIA Quilamapu están abocados a generar un revolucionario cambio en el sistema de riego del arroz, pasando de la tradicional inundación, a la precisión del goteo, con el consiguiente ahorro en el volumen de agua.
Este estudio se realiza en el marco del proyecto “Desarrollo de un sistema de producción de arroz con riego por goteo superficial y subterráneo, para las regiones del Maule y Ñuble, como una estrategia para disminuir la vulnerabilidad de este cultivo frente al cambio climático”, iniciativa apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, y que ejecuta el INIA en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, y donde también participan INDAP y las organizaciones de agricultores arroceros Unicavén de Parral y el Sindicato Ñiquén Estación.
La iniciativa está a cargo del especialista en riego e investigador de INIA Quilamapu, Hamil Uribe, quien basa el uso de esta tecnología en experiencias recientes implementadas en Brasil, España, Italia, India, Turquía y China, entre otros.
El estudio está establecido en el Campo Experimental de Arroz de INIA, en San Carlos, lugar donde Hamil Uribe, ante una treintena de productores, señaló que el cultivo tradicional de arroz ocupa 22 mil metros cúbicos de agua por hectárea, y que la tecnología propuesta -de la que no se tiene antecedente en Chile- propone “el uso de 8 a 9 mil metros cúbicos por hectárea, lo que significa un ahorro de agua cercano al 60 %, sin interferir en los rendimientos ni en la calidad final del arroz”.
El especialista en riego sostuvo que junto a la disminución del agua utilizada, la nueva tecnología también beneficiará el medio ambiente, al reducir prácticamente a cero los gases de efecto invernadero, en especial el metano, que de manera natural se produce en el cultivo bajo inundación.
Este proyecto, de tres años de duración, contempla la selección de aquellas variedades y líneas experimentales de arroz que crezcan mejor bajo riego por goteo; identificar la mejor disposición de los goteros; evaluar técnica y económicamente el funcionamiento de las variedades o líneas experimentales seleccionadas en los campos de los productores; y el traspaso de los mejores resultados a los agricultores, para que incorporen esta nueva tecnología en sus procesos productivos.
Riego superficial y subterráneo
El investigador de INIA Quilamapu explicó que el riego por goteo en arroz se puede establecer en forma superficial o subterránea, con distintos espaciamientos de los emisores. Detalló que están probando la opción de riego superficial y subterráneo, este último con tuberías y goteros a 20 cm de profundidad, espaciados unos de otros a 30 y 60 cm, para ver cuál es la opción más adecuada.
La evaluación final de la primera temporada se hará recién tras la cosecha de fines de marzo e inicios de abril.