Según un estudio de Ipsos[1], a un 51% de los chilenos le causa nerviosismo la inteligencia artificial, mientras que a un 46% le emociona. En este contexto, el profesor de ingeniería en computación de la Universidad de Chile Agustín Villena invita a seguir una tendencia denominada “hopepunk”, un subgénero de la ciencia ficción que destaca lo positivo del futuro tecnológico.
“El ‘hopepunk’ es toda esa ciencia ficción que se desarrolla en un ambiente cibernético que mezcla inteligencia artificial, robótica y lo humano. Es una forma de teñir ese mundo con esperanza y un tono positivo. No se trata de personas que vivan en un mundo utópico, sino de colaborar entre ellas y aceptar sus diferencias”, comenta Villena en el último capítulo de Tecnofuturo, podcast de Asimov Consultores, empresa chilena que desarrolla apps móviles, software e inteligencia artificial para el sector público y privado.
“Un ejemplo de esto es Star Trek, en cuya tripulación convivían un ruso y un norteamericano, en plena Guerra Fría, y donde además se registró el primer beso interracial en una serie de televisión”, agrega enseguida el entrevistado.
Durante la conversación el académico de la Universidad de Chile explica que el origen del concepto, acuñado por la escritora de ciencia ficción estadounidense Alexandra Rowland, se define como un opuesto al subgénero “grimdark”, estilo de narrativa que entrega a las historias un tono o escenario particularmente distópico, amoral o violento. El término utiliza la palabra “hope”, esperanza en inglés, e intenta replicar lo que, a comienzos de siglo, se conoció bajo el término de “ciberpunk” con películas como Matrix.
Villena, quien confiesa ser un apasionado de la ciencia ficción desde que descubrió las obras de Julio Verne a los seis años, dice ver en el “hopepunk” una oportunidad para inspirar acciones hacia un futuro mejor: “Estamos en medio de una de las mayores transiciones de la historia y la colaboración será clave para sacar lo mejor de las personas y la tecnología”. El experto es fundador de Leansigh, empresa que ayuda a las organizaciones a transformar su cultura, estructura y procesos para ser más ágiles.
En cuanto a series y películas representativas del “hopepunk”, el ingeniero en computación sugiere explorar episodios de Star Trek, destacando cómo esta icónica producción aborda dilemas éticos que podrían convertirse en realidades dentro de un futuro cercano. “¿Podrían los robots ser considerados ‘seres sintientes’? ¿Es posible enamorarse de un asistente de voz, como en la película Her? ¿Un holograma podría recibir la ciudadanía en reconocimiento a sus contribuciones a la humanidad?”, plantea el profesional.