TALCA.- El Hogar de Cristo mantiene en operaciones 22 programas sociales en la Región del Maule atendiendo diariamente a mil usuarios, pese a la aguda crisis financiera que atraviesa la entidad producto de la pandemia que obligó a realizar gastos no previstos originalmente. Incluso, los ingresos estimados para este año descenderán en 1.500 millones de pesos.
Según explicó a El Maule Informa el director de la institución en Talca, Nicanor Huentemilla, “el proceso de adaptación nacional que efectuó la fundación no afectó mayormente a nuestra región” aunque “si involucró el cierre del Jardín Infantil en Curicó, establecimiento que seguirá operando a través de convenio con la Municipalidad de la comuna, y la baja en capacidad en el Jardín Infantil en Linares”.
Agregó que “el Hogar de Cristo, así como la gran mayoría de las entidades sociales, se han visto seriamente afectada por la situación económica, social y sanitaria actual que nos ha impactado, generando gastos adicionales que hemos tenido que asumir y que continuarán mientras no exista una vacuna contra el coronavirus”.
Los recursos que Hogar de Cristo administra provienen principalmente de aportes de privados (45%), del Estado (37%) y de fuentes de ingreso propias y recuperaciones (17%).
En este sentido, apuntó que “desde hace años, la contribución financiera del Estado a nuestros programas ha ido descendiendo, mientras se nos exigen estándares de calidad cada vez más altos. A esto se suma que, a causa de la pandemia, la cuarentena y la contracción económica, y pese a todos los llamados y generosas colaboraciones que hemos recibido, nuestros ingresos disminuirán en 1.500 millones de pesos respecto de lo que esperábamos este año”.
Desde el punto de vista de los costos, para cumplir las exigencias sanitarias establecidas por ley, “sólo al 30 de julio de este año, la fundación había tenido que solventar gastos extraordinarios por 1.400 millones de pesos, los que se desagregan así: 300 millones de pesos en sanitización, 366 millones en personal para reemplazar a los trabajadores en cuarentena y 743 millones en elementos de protección personal. Este último ítem –que incluye mascarillas, escudos faciales, guantes, pecheras protectoras, alcohol gel, que son cruciales para proteger la salud y la vida de los acogidos en los programas– representa un aumento en los costos totales de un 5% para 2021”.
Debido a este impacto económico producto de la pandemia, responsablemente “hemos diseñado un plan de adaptación que se funda en la estrategia social del Hogar de Cristo, la que cada vez se orienta a promover con mayor fuerza la mirada sobre el territorio y lo comunitario en los programas sociales, favoreciendo que sean más livianos y flexibles, adecuándose a las necesidades de las personas y su entorno, manteniendo una cobertura nacional”.
Esto considera “priorizar aquellas líneas de trabajo y territorios donde podemos contribuir más eficazmente a la acción de otras organizaciones de la sociedad civil y del Estado, sin dejar de reconocer que estos servicios deben ser parte de un sistema de protección social, provisto por este último, que garantice los derechos de los más vulnerables”.